La reforma del matadero es la principal obra sin relación con el tráfico

El equipo de obras municipal, con su concejal a la cabeza, Enrique Villoria, presentó el miércoles el programa Madrid 2000. Es decir, lo que hay que intentar cambiar entre este año y el que viene. Además de todas las reformas relacionadas con la circulación, el Ayuntamiento anunció un par de operaciones cuyo éxito dependerá de que las empresas privadas inviertan: la transformación de los cuarteles de Daoiz y Velarde y la rehabilitación del viejo matadero.

Los antiguos cuarteles de Daoiz y Velarde, en el distrito de Retiro, y el viejo matadero municipal, en Arganzuela, comparten varias cosas: pertenecen al Ayuntamiento, necesitan una urgente reforma que les saque del abandono y su transformación dependerá de que las empresas privadas acepten tomar parte en la rehabilitación a cambio de instalar ahí un negocio.1999 es año de elecciones locales y los cuarteles de Daoiz y Velarde necesitan, según los planes presentados el miércoles, cerca de 4.000 millones de pesetas para convertirse en lo que el alcalde prometió en el programa de las anteriores elecciones: un polideportivo. La superficie utilizable de estos cuarteles es de 25.000 metros cuadrados. De ellos, lo que quiere el Ayuntamiento es que el 50% se dedique a instalaciones deportivas; el 25%, a centros culturales, bibliotecas o construcciones. similares, y el 25% restante, a tiendas. Hasta ahora, ninguna empresa ha querido hacerse cargo de la rehabilitación de este inmueble, ya que con estas condiciones quedaba poco margen para el negocio. Al final, el municipio ha decidido invertir 500 millones este año y otros 500 en 1999 para empezar las obras, mientras busca empresas menos exigentes que quieran participar.

En el matadero municipal, construido en 1928 y casi sin uso desde enero de 1996, el Ayuntamiento tiene pensado erigir algo similar al "Covent Garden londinense", en palabras de Enrique Villoria, edil de Obras. Para que esto pase del plano a la realidad se necesitan 7.500 millones de pesetas, según el informe presentado el miércoles. Y tampoco los piensa poner el Ayuntamiento, que no destina ni un duro para esto ni en el presupuesto de este año ni en el de 1999. Villoria sostiene que no faltan las empresas privadas que, a cambio de una concesión para instalar un negocio, quieran colocarse ahí y pagar parte de la rehabilitación.

En el plan de las operaciones que el municipio quiere llevar a cabo antes del cambio de siglo se cuenta la reforma de grandes ejes comerciales de la capital: se ensancharán las aceras, "mejorando el acceso para los peatones", y regular la carga y descarga. Las calles que figuran en este apartado son las siguientes: Francos Rodríguez, Antonio López, La Oca, Laguna, San Diego, Preciados y paseo de Extremadura. Para todo esto se cuenta con 600 millones, cuando la reforma de la calle de Alcalá se llevará, ella sola, 550 millones.