Eisenhower dio carta blanca para una represalia atómica desde las bases españolas
El presidente norteamericano Dwight Eisenhower autorizó en 1957 al mando del Ejército a lanzar una fulminante represalia nuclear contra un ataque atómico a Estados Unidos, en caso de no poder ser localizado, según documentos desclasificados esta semana por la Administración norteamericana. La orden presidencial incluía la posibilidad de desencadenar la respuesta nuclear desde bases estadounidenses en el extranjero, como las instaladas en España.
La disposición firmada por Eisenhower sólo podía ser utilizada "cuando la urgencia de tiempo y las circunstancias no permitieran al presidente tomar una decisión específica", según un memorando fechado en 1959 y dirigido al mando del Comando Estratégico Aéreo por la Junta de Jefes de Estado Mayor, que, junto con otros 17 documentos, ha sido obtenido al amparo de la Ley sobre Libertad de Información. Por primera vez ha quedado demostrado que el uso del botón nuclear fue cedido en parte al Ejército.Uno de los aspectos más novedosos de estos documentos, considerados como los más confidenciales que salen a la luz desde que EE UU se dotó en 1945 de un arsenal nuclear, es el de las condiciones en que podían ser lanzadas armas atómicas desde países aliados. Según las instrucciones de Eisenhower, era necesario contar con "el acuerdo o la anuencia" de los respectivos gobiernos. Un memorando secreto enviado por el Departamento de Estado a la Administración del presidente John Kennedy daba cuenta en 1961 de la "existencia de acuerdos" con el Reino Unido, Francia, Alemania Occidental y países de la OTAN, además de España. Otros documentos reflejan la necesidad de consultar "dentro de lo posible" a los líderes de Londres y París. El mismo texto de 1961 deja patente, sin embargo, que no debía haber "ninguna limitación" en el uso de armas nucleares desde las bases norteamericanas en Alemania, Marruecos y España.
Aparentemente, la orden de Eisenhower fue mantenida por los presidentes Kennedy y Lyndon Johnson. La Administración del presidente Bill Clinton ha declinado hacer comentarios sobre si estas medidas siguen todavía en vigor, aunque otras fuentes gubernamentales revelan que este tipo de "delegación" nuclear puede seguir en práctica.
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