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El Canal busca sitio en Guadalajara y Ávila para dos nuevos embalses

Vicente G. Olaya

El Canal de Isabel II quiere embalsar más agua. Para lograrlo, ha desempolvado el viejo proyecto de construir una presa en el Alto Sorbe (Guadalajara) y otra en el Alberche (Ávila). El consejero de Hacienda y presidente del Canal de Isabel II, Antonio Beteta, y la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, se reunieron ayer para acordar la elaboración de una declaración de impacto ambiental sobre estas dos presas. En el caso de que la declaración fuese positiva, Beteta está dispuesto a adelantar los 10.000 millones de pesetas necesarios para su construcción.El consejero calcula que las presas acumularán un total de 200 hectómetros cúbicos, una cantidad de agua suficiente para abastecer a Madrid durante cinco meses. Las presas de la región pueden almacenar 875 hectómetros.

Beteta explicó ayer que "el primer paso es realizar los estudios de impacto ambiental de las dos nuevas presas, para evitar así conflictos como el que se produjo en Matallana".

Beteta se refiere a que, en 1993, el anuncio de construcción de un embalse sobre el Alto Jarama (Guadalajara), en una zona de alto valor medioambiental, terminó con un informe negativo del Ministerio de Medio Ambiente. "El embalse de Matallana murió antes de nacer", dijo ayer el consejero.

PASA A LA PÁGINA 3

Madrid considera que con el visto bueno de Medio Ambiente no debe consultar a las regiones vecinas

VIENE DE LA PÁGINA 1 El presidente del Canal, Antonio Beteta, reconoció ayer que no había consultado con los responsables de Castilla y León ni Castilla-La Mancha la construcción de estos embalses. "No nos hacen falta sus permisos, sólo necesitamos el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, porque sería de este ministerio de quien dependería la construcción de las presas [a través de su Dirección General de Obras Hidráulicas]. Nosotros sólo seríamos unos concesionarios que las explotaríamos en su nombre", explicó.

Beteta asegura que el agua de la presa del Alto Sorbe (Castilla-La Mancha) suministraría a la ciudad de Guadalajara y a las comarcas cercanas, donde se ubica la madrileña localidad de Alcalá de Henares, que actualmente no recibe agua del Canal.

El embalse del Alberche (que estaría en la zona de la Venta del Obispo, en Castilla y León) serviría para abastecer a la comarca de la Sagra (Toledo) y el suroeste de Madrid y generar energía eléctrica. El consejero de Hacienda considera que las obras, cuando cuenten con el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, podrían comenzar en 1999. "Los dos embalses estarían acabados y listos para entrar en marcha en el año 2007", indicó.

Por su parte, la asociación ecologista Aedenat se felicitó ayer por el hecho de que Beteta reconozca que el embalse de Matallana "está muerto". Santiago Martín Barajas, portavoz de Aedenat, se mostró, sin embargo, muy duro con los nuevos proyectos. "El embalse del Pozo de los Ramos [Alto Sorbe] no es necesario, porque el río ya está suficientemente regulado. Si Madrid construye un pantano allí, dejará sin agua a Guadalajara y a su comarca, que ya tienen asegurado el suministro a través del embalse de Beleña, que está unos kilómetros más abajo. El Canal de Isabel II quiere construir la presa porque luego vendería a la comarca del Sorbe su propia agua. Pero, eso sí, a un precio sensiblemente superior".

Martín Barajas se refirió al proyectado embalse del Alberche como "algo completamente innecesario". "El Alberche es un río que también está muy regulado. Si se levanta una nueva presa, además de producirse un enorme impacto ambiental, podría almacenar muy poca agua, porque el río no da más de sí. Su único fin sería asegurar que el embalse de San Juan [unos kilómetros más arriba del proyectado] no se vacíe rápidamente en verano. Esta presa es muy utilizada por los propietarios de embarcaciones. Es decir, es un embalse para que unos pocos tengan asegurado que sus barcos tendrán agua".

Otro de los asuntos que ayer Beteta departió con la ministra de Medio Ambiente fue la paralización del trasvase de Picadas: una canalización de 22 kilómetros de longitud, cuya construcción está paralizada por orden judicial desde el pasado octubre. Una juez de Navalcarnero tiene paradas las obras, llevadas a cabo por la Confederación Hidrográfica del Tajo, a causa "del perjuicio que para los sistemas naturales" puede producir el trasvase. La conducción había sido proyectada para llevar agua desde el embalse de Picadas a la comarca de la Sagra, en Toledo. "En ese tema no pudimos avanzar porque todo está en manos del juzgado", terminó el consejero.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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