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Desaire diplomático de Netanyahu a Cook

La visita del ministro de Asuntos Exteriores británico, Robin Cook, a Israel en calidad de presidente de turno de la Unión Europea (UE) se ha convertido en escándalo. El jefe del Gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, anuló anoche la cena oficial que tenia previsto ofrecer en Jerusalén al emisario de la UE en represalia por la visita que este realizó horas antes, en medio de las protestas de los colonos y ultraderechistas, al asentamiento judío de de Har Homa, donde se entrevistó con dirigentes palestinos desobedeciendo las consignas impartidas por el Gobierno israelí con respecto a su programa de viaje.

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Cook visitó a primera hora de la tarde el asentamiento judío de Har Homa, situado a mitad de camino entre Jerusalén y Belén, donde las autoridades israelíes tienen previsto construir viviendas para más de 6.500 colonos en violación a todos los pactos internacionales, pero sobre todo el espíritu de los Acuerdos de Oslo, que inspiran el proceso de paz.El ministro británico acudió al asentamiento tras haber llegado a un pacto con las autoridades israelíes por el que se comprometía a efectuar la visita, no acompañado por políticos palestinos como tenía previsto en principio, sino por un técnico del Gobierno israelí -el secretario de Gobierno Danny Naveh-, así como por dos concejales del Ayuntamiento de Jerusalén. Sin embargo, una vez iniciado su recorrido con este séquito, Cook descendió de improviso del coche y se reunió en un lugar, fijado de antemano, con un diputado palestino de la localidad de Belén, quien le ofreció al visitante todo tipo de explicaciones sobre el polémico asentamiento.

"Muchas gracias por haber venido. Valoramos mucho este gesto", aseguró al pie de la carretera el diputado palestino Salah Tamari, mientras bajo una tempestad de lluvia y viento estrechaba la mano del emisario británico, quien se veía a su vez acosado por los gritos de los militantes nacionalistas judíos. La entrevista duró pocos minutos. Pero fueron suficientes para dejar claro la oposición del Gobierno británico y de la UE a la construcción de nuevos asentamientos judíos en territorios árabes, por considerar que con ello se vulnera el proceso de paz.

El Gobierno israelí no tardó en expresar su irritación a través de una nota de protesta y anunció la suspensión de la cena oficial prevista en la residencia del primer ministro, así como reducir al mínimo la entrevista entre Netanyahu y Cook. Fuentes británicas calificaron el gesto israelí de exagerado. [Durante la hora que permanecieron reunidos, ninguno de los dos se mordieron la lengua, según informó la televisión israelí y difundió la agencia France Presse. "Hay líneas rojas que nadie puede franquear y poner en duda nuestra soberanía en Jerusalén es una de ellas", le dijo el primer ministro israelí a su visitante. Cook no se amilanó. "Aquí habrá dos capitales y usted no tiene el derecho de construir en Jerusalén oriental; Har Homa es una colonia", le espetó el británico a su anfitrión. "No, es falso. Los acuerdos de Oslo no nos impiden construir en Jerusalén", atajó Netanyahu.]

Cook también desoyó las consignas y recomendaciones del Gobierno israelí, al reunirse en un hotel con un grupo de dirigentes del principal partido pacifista israelí, Paz Ahora, quien desde la oposición viene acosando constantemente a Netanyahu, reclamándole el fin de la política de nuevos asentamientos, la retirada militar de Cisjordania y el acatamiento de todos los demás acuerdos que constituyen el proceso de paz.

Netanyahu declaró al término de la entrevista con Cook: "Israel está dispuesto a que la UE desempeñe una función en el proceso de paz, pero no a costa de su diálogo directo con los árabes". "No podemos aceptarl presiones ni la división de Jerusalén, pues es la capital soberana de Israel y continuará siéndolo", agregó el primer ministro israelí.

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