El ministro ruso de Exteriores pide a Milosevic una mayor autonomía para Kosovo
El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, denunció ayer "las presiones y las injerencias externas" en la crisis de Kosovo al recibir al ministro ruso de Asuntos Exteriores, Yevgeni Primakov. El jefe de la diplomacia rusa había pedido poco antes la concesión de una mayor autonomía para los albaneses kosovares, aunque rechazó sus peticiones de independencia para esa provincia serbia, una postura que comparten también Estados Unidos y la UE. Belgrado suspendió el estatuto, de autonomía de Kosovo en 1989 con el pretexto de que los albaneses estaban intensificando su presión secesionista.
"La política de presiones e injerencias en los asuntos internos de países soberanos es incompatible con las intenciones de paz y estabilidad, equidad, aperturismo y vigencia de la confianza entre pueblos y países", declaró Milosevic durante su entrevista con Primakov, según un comunicado de su Gabinete. El ministro ruso, señalaba el texto, "ha hecho notar su interés en los asuntos relativos a Kosovo", a lo que Milosevic respondió que se trata de un asunto interno de Serbia."Me gustaría decir que Rusia parte de dos principios cuando se trata de resolver problemas", manifestó Primakov a los periodistas tras entrevistarse con el ministro serbio de Asuntos Exteriores, Zivadin Jovanovic. "Se trata de] principio de integridad territorial en la resolución de los problemas dentro de un determinado Estado y de garantizar mayores derechos de autogobierno que puedan satisfacer las necesidades de una determinada minoría nacional", añadió Primakov.
El jefe de la diplomacia rusa intenta en Belgrado que su viejo aliado acepte mantener conversaciones con los líderes albaneses sobre el futuro de Kosovo y evitar así unas duras sanciones internacionales. Su homólogo yugoslavo pidió a Rusia que impida la internacionalización del problema.
Ante la falta de signos de que Belgrado esté buscando una solución negociada, Washington anunció ayer que los países del Grupo de Contacto (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Rusia y Estados Unidos) están dispuestos a aprobar una resolución de Naciones Unidas que impodría el embargo de armas a Yugoslavia (Serbia y Montenegro) "a finales de esta misma semana". En su última reunión, el pasado día 9, el Grupo dio a Milosevic un plazo de 10 días (que termina mañana) para acabar con la violencia y empezar a negociar con los albaneses kosovares sobre el futuro de la provincia. La exigencia iba acompanada de la amenaza de prolongar e incluso agravar las sanciones que el régimen de Belgrado arrastra desde la guerra de Bosnia.
A este respecto, el ministro rumano de Exteriores, Andrei Plesu, dijo que tal medida no va a conseguir acabar con la violencia étnica y pidió una propuesta "más imaginativa". Plesu, cuyo país ha mantenido tradicionalmente buenas relaciones con Belgrado, anunció la próxima visita de un enviado rumano aunque sin avanzar con qué tipo de propuesta. Quienes sí han dejado entrever su disposición a ofrecer acuerdos de cooperación a Belgrado a cambio de concesiones en Kosovo son los ministros de Exteriores de Francia y Alemania, que visitarán la capital serbia mañana. De acuerdo con fuentes diplomáticas francesas, Hubert Védrine y Klaus Kinkel pedirán a Yugoslavia la apertura de una oficina de la UE en Pristina, la capital de Kosovo.
Ante la creciente presión internacional, el principal partido de la oposición liberal serbia ha instado al régimen socialista a aceptar la ayuda del ex presidente español Felipe González para negociar la autonomía kosovar dentro de las fronteras de Serbia. González ha sido propuesto como mediador en el conflicto por la Unión Europea y la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). El ex presidente español instó ayer a las autoridades serbias a aprovechar la gran oportunidad" de democratizarse y de abrirse a la economía global.
En Pristina, los dirigentes albaneses volvieron a boicotear ayer por cuarta vez el diálogo con una delegación serbia porque ésta se niega a discutir sus peticiones de independencia. El día anterior los albaneses habían dejado entrever que estaban dispuestos a sentarse a hablar sin condiciones si contaban con la ayuda de un mediador, algo que Belgrado ha rechazado hasta ahora.
Mientras tanto, en Kosovo, las autoridades de la aldea de Pec informaron de que guerrillas separatistas albanesas atacaron el lunes por la noche a una patrulla policial en Kijevo, a 43 kilómetros al oeste de Pristina.
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