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Schröder relega a segundo plano la política exterior y centra su programa en la economía

Pilar Bonet

La política exterior de Alemania, el plato fuerte del canciller democristiano Helmut Kohl, tiene un papel marginal en la campaña preelectoral del Partido Social Demócrata (SPD), a juzgar por el escaso espacio que ocupa en el programa que ayer fue presentado en Bonn por el candidato a canciller Gerhard Schröder y el presidente del SPD, Oskar Lafontaine. Ante los comicios, el SPD ha preferido concentrarse en la economía, básicamente la lucha contra el paro, orquestada mediante diversos resortes, desde la flexibilización del mercado de trabajo a la puesta a punto en el año 1999 de una amplia reforma fiscal, que rebaje las cargas impositivas para trabajadores y empresarios.

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Esperando a Bonn

Los dirigentes del SPD se negaron a divulgar el contenido de la conversación que mantuvieron ayer en Bonn con el presidente el Bundesbank, Hans Tietmeyer. Este alto funcionario, que la semana próxima comparecerá ante el Gobierno para informar sobre el estado de la economía alemana de cara a la Unión Monetaria, se desplazó especialmene desde Francfort, invitado por el SPD.El programa preelectoral que fue aprobado ayer por la dirección del SPD, está pendiente del visto bueno definitivo del Congreso en abril, pero es ya un texto bastante acabado. Ni Schröder ni Lafontaine juzgaron necesario aclarar los aspectos de política internacional esquemáticamente contenidos en tres páginas y media de las 36 que el documento tiene en total. Aparentemente, la batalla por el poder en la RFA se jugará en casa.

Entre el anterior borrador programático, filtrado este mes, y el que fue distribuido ayer hay algunas diferencias estilísticas y pocas sustantivas. En política internacional han aparecido un par de expresiones que, sin cambiar nada del texto, subrayan la dimensión europea de la línea socialdemócrata. En el apartado sobre "la visión de Alemania del siglo XXI", a modo de deseo, se habla de "una Alemania europea, que es el motor de la unidad europea". Alemania quiere ser el mejor país de Europa en lo que a innovación y nueva tecnología se refiere. La enumeración de las aspiraciones no está exenta del toque nacionalista (tal vez retórico) , presente en el discurso que Schróder emplea en algunos de sus mítines en provincias. Alemania, según el programa del SPD, debe producir "Ios mejores autos del mundo", los "medicamentos más efectivos" y las "máquinas más inteligentes", "Ios mejores microprocesadores" y las "placas solares con mayor capacidad".

Schröder, que tiene poca experiencia internacional, ha tratado de cultivar su analogía con el británico Tony Blair, a quien ha visto recientemente en Londres durante la reunión de la Internacional Socialista. De sus contactos con Blair le ha quedado a Schröder su predilección por el triángulo Francia-Alemania-Reino Unido como base de la UE, en detrimento del eje París-Bonn, preferido por Kohl. Schröder ha sufrido un proceso evolutivo que comenzó con el euroescepticismo y que después pasó a la primacía del cumplimiento de los criterios de Maastricht. Hoy, el candidato da por hecha la llegada del euro, pero quiere que éste sea tan fuerte como el marco. Esta posición queda recogida en el programa. Los socialdemócratas quieren continuar la, reforma de la Unión Europea, según el programa, que no da muchos detalles, pero que asume la idea de que Alemania, el mayor contribuyente neto de la UE, debe conseguir una redistribución más justa de las contribuciones y una reducción de sus gastos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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