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Una ex empleada dice que fue acosada por Clinton y le acusa de perjurio

Kathleen Willey contó anoche en televisión lo que hace unos días pudo escuchar el Gran Jurado: que Bill Clinton la abrazó junto al despacho Oval de la Casa Blanca, trató de besarla en la boca, cogió su mano y la puso sobre su pene. Así lo narró en el programa 60 Minutes de la CBS que posiblemente batió récords de audiencia. Willey, que hasta ahora había guardado silencio, acusó a Clinton de cometer perjurio al negar esos hechos. Por otra parte, una becaria comparecerá manana ante el Gran Jurado; su abogado dice que contará unos hechos "muy parecidos a los de Monica Lewinsky".

Kathleen Willey ha proporcionado un testimonio demoledor contra el presidente por la credibilidad que trasmitió anoche en la CBS y en parte porque confirma una historia hasta cierto punto conocida por la prensa de Washington. La descripción de los hechos ocurridos en Noviembre de 1993 se había filtrado a la prensa a través del texto de su declaración jurada, desvelada por los abogados de Paula Jones junto con otros 700 documentos.Willey conocía a Clinton porque su marido era un generoso contribuyente al Partido Demócrata. Había acudido a la Casa Blanca -el mismo día en el que su marido se suicidó- para hablar con el presidente sobre la posibilidad de conseguir un trabajo. "Tuvimos una conversación sobre la muerte de mi marido. En un momento dado, me abrazó. Intentó besarme en los labios", cuenta Willey, "era un abrazo que iba más allá de lo platónico". Ante el Gran Jurado, y después en televisión, detalló cómo Clinton tomó su mano y la puso sobre sus genitales. "Me resistí y me marché enseguida", contó anoche Willey en la CBS: "Estuve a punto de darle una bofetada, pero pensé que no se puede abofetear al presidente de los Estados Unidos". En su declaración jurada, Clinton dijo textualmente: "Eso no ocurrió. La abracé. La rodeé con mis brazos, puede que quizá la besara en la frente. Pero no había nada sexual en ello". Willey asegura que Clinton mintió bajo juramento cuando dio esa versión de los hechos.

Kathleen Willey contó serenamente en la entrevista que después de aquel incidente se ha sentido presionada por el abogado de Clinnton, Robert Benett, que anoche justificó el silencio del presidente: "Está perplejo. Niega ro tundamente estos hechos y no sabe de dónde salen". Bennett volvió a hacer referencia a una "conspiración de extremistas".

El semanario Newsweek publica en su edición de hoy una acusación que puede ser aún más grave: que un amigo de Clinton -también contribuyente del Partido Demócrata- trató de convencer a Willey para que "olvidara lo que pasó" y que no dijera nada.

Los detalles desvelados en los últimos días son tan escabrosos que el fiscal Kenneth Starr, duramente criticado por la defensa de Clinton, ha querido desmarcarse y aclarar que se conocen a través de una maniobra de los abogados de Paula Jones, y que lo han hecho en el marco de un caso que él no investiga, el que afecta a Jones. "Nuestra investigación", ha dicho Starr este fin de semana, "analiza supuestos delitos de inducción al perjurio, obstrucción de la justicia e intimidación de testigos, pero quiero insistir en la presunción de. inocencia que merecen todos los ciudadanos americanos". Starr recordó que cuenta con el apoyo de la fiscal general Janet Reno.

Entre los documentos conocidos en los últimos días figuran también las declaraciones de varios guardaespaldas de Bill Clinton en las que aseguran que "buscaron mujeres para el entonces gobernador". El agente Larry Patterson dice bajo juramento que al menos en 15 ó 20 ocasiones Clinton le pidió "que le consiguiera una mujer". Patterson asegura que él y sus compañeros sabían "cuál era el procedimiento: íbamos a una mujer y decíamos: 'Señora, soy policía estatal, trabajo para el gobernador. El gobernador ha mostrado interés por usted. Le gustaría saber su nombre y su número de teléfono"

El diario New York Post seña laba ayer a otra mujer a la que denominaba "la nueva Lewinsky". Sherrie Densuk, una joven de 24 anos que estuvo empleada en la Casa Blanca, ha sido citada a declarar ante el Gran Jurado a primera hora de mañana. Su abogado, Keith Watters, asegura en ese periódico que el testimonio de su cliente incluye "una relación directa entre ella y Clinton", aunque se negó a facilitar más datos.

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