La arquitectura y la chapuza
Las páginas que EL PAÍS dedica a la arquitectura hablan exclusivamente de arquitectura punta o proyectos espectaculares de urbanismo protagonizados por un puñado de arquitectos estrella. Se enfocan unas gotas brillantes de un océano, al que se ignora obsesivamente: el océano del urbanismo, en general, y de la viviendaPasa a la página siguiente
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popular. Sospecho que hay un auténtico tabú que impide hablar de proyectos si no son espectaculares, buenos y bonitos.
La chapuza es lo contrario a estos atiributos, y a la calidad, a la responsabilidad y a la honestidad. ¿Es una transgresión mayor ampliar públicamente el concepto de la chapuza por dos elementos típicos de la arquitectura mediterránea que me indignan mucho?
1. ¿Cómo se puede seguir construyendo casas con la mayor parte de las habitaciones interiores, privando a sus habitantes de la luz del día y de la posibilidad de ventilación?
2. ¿Cómo se puede seguir construyendo casas de pilares y tabiques sin aislar mínimamente contra frío, humedad o ruido?
¿Cómo se puede permitir que se vendan estas casas basura a precio de "obras maestras"? ¿Cómo se canalizan los beneficios exorbitantes que se obtienen mediante ese timo al ciudadano? Mientras estas preguntas no puedan ser discutidas públicamente, los artículos sobre proyectos grandiosos de grandes arquitectos me dejan un sabor a oscurantismo rancio en la boca.-
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