Defensa impulsa la profesionalización con la convocatoria de 7.203 plazas de soldado

El Ministerio de Defensa ha convocado un total de 7.203 plazas de tropa y marinería profesional mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado lunes. La convocatoria, primera de este año y la más importante de las realizadas hasta ahora, incluye 4.958 plazas para el Ejército de Tierra, 1.435 para la Armada y 8 10 para el Ejército del Aire. Las solicitudes deberán presentarse antes del próximo 29 de marzo.Con esta resolución se pone en marcha un proceso cuyo objetivo es que las Fuerzas Armadas españolas cuenten a final de año con 50.000 soldados y marineros profesionales, 12.500 más de los 37.500 que debían tener a 31 de diciembre pasado. Como habrá que reponer las bajas es previsible que las plazas convocadas en 1998 superen las 20.000.

La convocatoria, que estaba prevista para febrero, se ha retrasado hasta la aprobación del real decreto que le sirve de base legal, el pasado día 27. Tampoco viene arropada por una campaña publicitaria, pues aunque Defensa dispone demás de 1.500 millones de presupuesto para este fin aún no se ha convocado el correspondiente concurso.

Entre las novedades de la convocatoria está la obligatoriedad de que los aspirantes abonen 1.500 pesetas en concepto de derechos de examen, según lo dispuesto en la ley de acompañamiento de los presupuestos.

Tampoco favorece la presentación de candidatos el hecho de que todas las plazas de compromiso corto (18 meses) del Ejército de Tierra corresponden a destinos fuera de la Península. En concreto hay 704 puestos para Ceuta y Melilla, a los que hay que sumar otros 370 de la Legión en los que no se especifica si se refieren a Almería, Ronda (Málaga) o las dos ciudades norteafricanas. Además, hay 320 plazas en Baleares y Canarias.

El Ejército de Tierra quiere acelerar la profesionalización de estas unidades para compensar la gran cantidad de bajas entre los reclutas a los que les toca hacer la mili fuera de la Península.

El retraso en la aprobación por el Parlamento del nuevo modelo de Fuerzas Armadas ha impedido acompañar la convocatoria con medidas incentivadoras, como el pago de la comida a los soldados profesionales, que deben costearla de su bolsillo.