Matutes dice que "pudo ser un error" coincidir en Cabo Verde con directivos del grupo de su familia

El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, admitió ayer que "pudo ser un error" haber visitado Cabo Verde en paralelo a una delegación de Doliga, la empresa hotelera de su familia, aunque negó haber sacado provecho alguno de esa coincidencia. En su respuesta, el portavoz socialista, Luis Yáñez, le insinuó que esa equivocación era "la punta del iceberg" y que el jefe de la diplomacia española podía haber cometido otras de índole parecida.

El titular de Exteriores compareció ayer ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados para explicar su viaje de enero a Cabo Verde. Este periódico reveló el viernes pasado que Matutes coincidió en ese archipiélago africano con una delegación de Doliga, de la que formaban parte dos de sus hijas. La delegación, que examinó las posibilidades de in versión hotelera, recorrió la ex colonia portuguesa y algunos de sus interlocutores caboverdianos se reunieron después, en otro marco, con el minisitro.Matutes empezó por justificar que su primer viaje a un país del África subsahariana fuese a Cabo Verde, un archipiélago de 10 islas pobladas por 389.000 habitantes, por "su proximidad con Canarias" y su "modélica transición" democrática. Admitió que coincidió allí con los directivos de Doliga, pero achacó la responsabilidad a las autoridades caboverdianas, que "con la mejor buena fe" les invitaron al mismo tiempo que a él.

El ministro confirmó que España reanudaba su cooperación con Cabo Verde, pero omitió en un principio señalar que ésta abarcaría al sector turístico, aunque al final lo reconoció. Insistió, en cambio, en que no poseía una acción de Doliga, pero no señaló que sus principales propietarios son sus familiares más inmediatos. "Nunca me he beneficiado de mi cargo", concluyó.

Apoyo nacionalista

Los portavoces de Coalición Canaria, Luis Mardones; de Convergéncia Unió, Lluis Recoder, y del Partido Nacionalista Vasco, Iñaki Anasagasti, le brindaron todo su apoyo y este último le agradeció su esfuerzo para que los tres etarras aún afincados en Cabo Verde -a finales de los ochenta fueron 15- no cometan "ningún tipo de acción delictiva".Yáñez, por el PSOE, y José Navas, por Izquierda Unida, fueron muy críticos. Se sorprendieron, por ejemplo, de que un ministro que no ha efectuado ninguna visita bilateral a Oriente Próximo, a Latinoamérica o a Europa del Este sí se desplace a Cabo Verde, donde además se encuentra con los directivos de su empresa.

Le formularon una batería de preguntas a las que el titular de Exteriores sólo contestó parcialmente. No aclaró, por ejemplo, si sabía de antemano que sus familiares iban a viajar a Cabo Verde en esas fechas o si todos se hospedaron en el mismo hotel y, a veces, sus respuestas no fueron todo lo rotundas que pretendía la oposición. %Coincidió usted con sus familiares y empresarios en otros viajes", le inquirió Yáñez, a lo que contestó: "No, no creo haber coincidido".

Fines de semana

Matutes echó mano también del argumento sentimental. Resaltó "la satisfacción que le produjo ver a unas hijas con las que no paso más de diez o doce días al año". Yáñez reaccionó con ironía: "No tiene que irse hasta Cabo Verde para encontrarse con sus hijas. Las puede ver los fines de semana en lbiza", donde ellas residen y donde el ministro suele pasar dos días a la semana.El ministro de Exteriores concluyó agradeciendo su respaldo a los diputados nacionalistas, y a los del PSOE e IU, "la reserva y prudencia con la que se han pronunciando". Yáñez se despidió, en cambio, sospechando que lo que se había destapado ahora era "la punta del iceberg" de una trayectoria salpicada de asuntos similares. "Usted dedica mucho tiempo de sus horas de despacho a temas empresariales. Ojalá no nos veamos obligados a asistir a otras comparecencias como ésta".