Benítez Reyes crea una novela donde el sentido común "roza el disparate"

"Tras haberse acostado en un hotel de Amsterdam, Walter Arias se despertó a la mañana siguiente tendido en la acera de una calle de una ciudad medio modernista y medio africana que resultó ser Melilla". Una vez redactada la primera frase de la novela, Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) siguió escribiendo frases en el ordenador sin saber adónde le iba a llevar esa historia. "Decidí crear una vida en la que el personaje tuviera una visión muy disparatada de la realidad", aseguró ayer el creador de Walter Arias, protagonista de su nueva novela, El novio del mundo (Tusquets).

La novela, fruto de año y medio de trabajo "demoledor", acabó imponiéndose a muchas cosas. "El reto fue poner en pie un protagonista que estuviera en las antípodas de mi manera de ver las cosas". El resultado es un personaje que puede ser hermético, macabro, tierno, bestia, lógico y disparatado.Walter Arias es, a juicio de su creador, fruto de las contradicciones que padecemos todos: "Nadie tiene un pensamiento estable; el pensamiento y las emociones son volubles. Cualquiera que procure ser verosímil acaba chocando con la realidad porque el concepto parte de una interpretación personal y eso da pie a todo", aseguró ayer el escritor recién llegado a Madrid desde Rota, donde vive, para presentar su nueva obra.

Benítez Reyes perseguía que cada paso de El novio del mundo fuera totalmente imprevisible. Walter Arias reconstruye a través de la memoria lo que ha sido su mundo -"Es un novio al que el mundo le ha dejado plantado ante el altar"-. El verdadero protagonista de la novela es el pensamiento del personaje, que está en ese punto en el que " el sentido común está muy cerca del disparate".

Un nuevo pariente

Tras concluir la novela, Benítez Reyes se reconoce "vampirizado" por un personaje que acabó, junto a su mujer y su gato, convertido en el cuarto miembro de la familia. Como en otras obras del autor, de la novela Tratándose de ustedes al poemario Humo y vidas improbables, con el que ganó el Premio Nacional de Literatura, la nueva novela de Benítez Reyes es un ejercicio de estilo: "La literatura es creación del lenguaje. En esta obra lo que he buscado es parodiar mi propio estilo, buscando fluctuaciones entre lo sublime y lo bufonesco y creando párrafos de mucha intensidad lírica, pero con un contrapunto que lo convierta en cómico".Tras concluir El novio del mundo, Benítez Reyes confiesa que necesita una temporada de descanso. Como autor de novelas, ensayos y poesía, cree en la idea del escritor total. "La literatura es una misma materia y los géneros son una manera de trabajar. Lo que hacemos cuando escribimos obras de teatro o novelas es la creación de un efecto estético, pero la materia es la misma con resoluciones estilísticas distintas para cada género". En el ordenador tiene un montón de poemas y ha iniciado otra novela, pero ahora, confiesa, sólo quiere "parar la cabeza".