Helmut Rilling, aunque llamado 'Papa' de Bach, no se considera infalible
Ha grabado todas las cantatas del músico
A Helmut Rilling (Stuttgart, 1933) le consideran en su Alemania natal como el Papa de Bach. Y lo hacen en un sentido religioso del término, no familiar. No es extraño, porque Rilling, además de dirigir la Internationale Bachakademie -dedicada a cantar y contar las glorias del genial músico-, es el único director de orquesta del mundo que ha grabado todas las cantatas del compositor alemán.
Pero aun así el maestro odia los encasillamientos. "Me gusta que se me reconozca como experto en Bach, pero puedo hacer otras muchas cosas. Me llaman el Papa de Bach como si yo fuera infalible en ese campo, y no lo soy; además, no me gusta nada esa palabra", asegura.Rilling -baja estatura, risueño, pelo blanco revuelto y perdido entre su jersey negro de cuello alto y su chaqueta de cuero verde- tuvo que abandonar esa indumentaria informal y peinarse para dirigir la noche del viernes, en el Auditorio Nacional de música madrileño, a la Real Filarmonía de Galicia -orquesta de la que es titular desde su fundación, hace tan sólo dos años con un programa de Schubert y Mozart. "Es una orquesta muy joven que nos ha costado mucho formar", dice. Para cubrir el puesto de dos clarinetistas escucharon a 82 candidatos. "Una buena formación debe contar con los mejores músicos y hemos buscado por todo el mundo hasta formar un grupo que a mi me convence", cuenta, siempre con el tono de voz bajo y en español perfecto.
La actividad con la joven orquesta le entusiasma. Además, cuando actúan en Santiago de Compostela, donde tiene su base, cada vez consiguen más aceptación. El reto inmediato de la formación musical es grabar todo el cielo de las sinfonías de Schubert para el sello Hänssler Classic. Ahora empiezan con la Tercera y la Cuarta, para en octubre atacar las dos primeras.
Un experto en el barroco como Rilling también adora a un romántico como Schubert, del que le interesa "el sentimiento", dice. "Schubert era capaz de componer misas y fugas excelentes, pero además, para mí, es el mayor compositor romántico de todos los tiempos, precisamente por ese sentimiento que ponía en sus obras para piano, en sus lieder y en sus sinfonías", dice.
Rilling, cuando no tiene una batuta en la mano, lleva un purito Davidoff, con el que deja rastro de su presencia allí donde va. Quizá el tabaco acentúe aún más a parsimonia con la que se enfrenta a las preguntas y una vida dedicada por entero a la música. La del pasado y la contemporánea, ya que desde la Bachakademie, además de dar a conocer la obra del genio -"el más influyente de la historia", para Riiling-, también se encargan obras a compositores vivos, como la misa que han pedido al polaco Krystoff Penderecki, que se estrenará en el próximo mes de julio, o el Réquiem de la reconciliación. "Ésa fue una de las obras que yo más interés tenía en que se hiciera. Se trata de una obra encargada por la Academia y que fue escrita 50 años después de la Segunda Guerra Mundial entre siete compositores de las naciones enfrentadas durante la misma y que hemos estrenado con la Orquesta Filarmónica de Israel".
Rilling se ha centrado mucho en Bach durante su carrera, pero no es un integrista de su figura, como otros compositores que tratan de recuperarlo en esencia; es decir, con instrumentos y entornos de la época en la que vivió. "Eso es un poco absurdo", dice, "porque, aunque podamos interpretarlo sin instrumentos que él no llegó a conocer, el público nunca será el mismo, porque la gente cambia y no es igual hoy que hace 300 años". La grandeza apabullante de Bach y su influencia todavía hoy están precisamente "en que se le puede adaptar a estos tiempos, porque su música tiene la belleza de las catedrales y un sentido que trasciende las épocas".
Sin embargo, Rilling no está dispuesto a escuchar a Bach en cada momento y lugar. "No soporto estar en un hotel y en un avión y que me pongan música de Bach, Mozart o Beethoven como sonido ambiental, porque hay algunas obras que son tan grandes que me obligan a dejar lo que estoy haciendo y ponerme a escuchar".
Babelia
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