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NUEVA CRISIS EN LOS BALCANES

La policía serbia admite haber matado a 26 albaneses de Kosovo y continúa su acoso

Belgrado continuó ayer su acoso a la población albanesa de Kosovo a pesar de las advertencias de Estados Unidos, entre otros países, que ha afirmado que no va a "quedarse con los brazos cruzados". Fuentes Policiales en Pristina, la capital de esa región yugoslava, dijeron que los enfrentamientos proseguían en torno a la localidad de Prekaz, donde desde el jueves hasta ayer han muerto "numerosos" civiles, así como 26 "terroristas", lo que desmiente a las propias autoridades serbias, que por la mañana aseguraron a diplomáticos occidentales que su "operación antiterrorista" había concluido.

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Un total de 26 "terroristas" albaneses -como los serbios denominan a los miembros del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK)- han perdido la vida como resultado de la operación policial en la zona de Prekaz (centro de Kosovo), que comenzó el pasado jueves y proseguía ayer tarde, según un responsable del Ministerio de Interior. La nueva cifra de muertos añade seis víctimas más a las reconocidas la noche anterior cuando un comunicado oficial serbio aseguró "haber acabado con el núcleo de las bandas terroristas y separatistas albanesas" en Prekaz y Srbica, en el distrito kosovar de Drenica. Entre los muertos se ha identificado al jefe del UCK, Adem Jashari.Fuentes albanesas aseguraron, por su parte, que los ataques y bombardeos serbios habían causado al menos 75 muertos. En tanto que el diario local Bujko temía que la cifra superara el centenar.

El responsable serbio de la operación, el coronel de policía Ljubinko Cvetic, aseguró que la intervención en Drenica había sido necesaria porque los "terroristas" habían matado a "numerosos civiles" últimamente. Cvetic insistió en que sus fuerzas no reciben ayuda del Ejército y que los helicópteros que sobrevuelan la zona de combates "están destinados a misiones humanitarias de evacuación de heridos". Algunos analistas opinan que Washington no promoverá el envío de fuerzas si no interviene el Ejército yugoslavo.

El coronel Cvetic también declaró que el acceso a la zona seguía "vetado a las organizaciones humanitarias e incluso a la Cruz Roja internacional". "Sabemos por experiencia que [en el pasado] las organizaciones humanitarias han llevado armas y equipos [militares] y no les hemos dejado pasar por razones de seguridad", aseguró en aparente referencia a las acusaciones lanzadas por los serbios contra esas organizaciones durante la guerra de Bosnia.

La Liga Democrática de Kosovo (LDK), el principal partido albanés, denunció "el sorprendente comportamiento del régimen serbio ( ... ) que no permite acudir en ayuda de los heridos, los ancianos, las mujeres y los niños". La misma fuente aseguró que cinco albaneses habían resultado muertos en Lausha, otra localidad de la región. Según datos de la LDK, 5.000 albaneses han abandonado ya la zona de Drenica. "El objetivo final de estas acciones [serbias] es limpiar étnicamente Kosovo", acusó en un comunicado. Se trataría de provocar un éxodo para equilibrar la pirámide poblacional.

Siempre hubo en Kosovo más nativos albaneses que serbios, según demógrafos independientes, pero la enorme natalidad de los primeros -mayoritariamente musulmanes- y el progresivo éxodo de los antes numerosos cristianos eslavos (serbios y montenegrinos) ha reducido a éstos a apenas el 10% de la población kosovar, cercana a los dos millones.

La preocupación se ha extendido entre los vecinos de Yugoslavia. En una reunión con su homólogo búlgaro Ivan Kóstov, el primer ministro turco, Mesut Yilmaz, "apoyó por completo" la iniciativa búlgara de promover una declaración conjunta entre sus países, Rumania y Grecia sobre Kosovo. El jefe de la diplomacia turca, Ismail Cem, era esperado anoche en Belgrado donde hoy debe discutir la situación y entregar al presidente Slobodan Milosevic una carta del jefe del Estado turco, Suleyman Demirel.

Es la primera vez que Turquía, que tiene lazos históricos con Kosovo, antiguo territorio del imperio otomano, trata de tener un papel activo en el arreglo del conflicto.

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