Mujeres y niños huyen aterrados para esconderse en el monte
Cientos de aterrados aldeanos albaneses se ocultaban ayer en los montes y colinas de la provincia meridional de Kosovo mientras la policía serbia proseguía la operación contra sospechosos separatistas. "Había muchos hombres de uniforme y con escopetas, también muchos tanques. Tuve tanto miedo que corrí para salvarme", confiesa antes de romper en un sollozo un niño de seis años, miembro de la familia Lustaku. El pequeño, junto con 40 mujeres y niños de esa extensa familia, huyó el pasado jueves cuando la policía entró en Prekaz para desmantelar un "nido terrorista".
Muchos de sus 4.000 habitantes pasaron las dos últimas noches al aire libre en las colinas cercanas. "No tenemos ni agua ni alimentos. Estamos desesperados. Nunca hemos tenido armas y ahora vienen los serbios para matarnos", manifiesta un líder de la Liga Democrática de Kosovo.
Los refugiados decidieron lanzarse al monte después de que un guía albanés hiciera una señal con los dedos para iniciar la marcha. En otra aldea no lejana, otros refugiados, incluida una mujer con un recién nacido, tuvieron que dormir en una gran habitación apestada por el olor de la poca higiene corporal y de los orines de los niños. "Este es el olor del miedo, la peor clase de olor", sentencia Nerife Lustaku. "Nos disparaban a las piernas cuando huíamos colina arriba, pero nadie resultó herido. Tuvimos muchísimo miedo", añade la mujer. Y agrega: "Vinieron por tres lados al amanecer. Nos dijeron que nos marcháramos; no tuvimos ni tiempo para vestirnos adecuadamente".
"No somos terroristas, ni tenemos nada con qué defendernos", cuenta un hombre sorprendido por el intenso tiroteo serbio. "Estos niños crecerán y serán ellos quienes venguen a sus padres y hermanos", afirma otro.
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