Las protestas de un usuario sobre una gasolinera no dieron fruto hasta que llegó el informe de la OCU

El 29 de enero de 1996, Francisco, propietario de un Mercedes 300E-24, presentó una reclamación en la Estación de Servicio Lema SL, propiedad del grupo Villanueva, en la Avenida de Portugal número 16, de Madrid.

Francisco hizo constar que era la tercera vez que en el surtidor número 4 de dicha gasolinera (superplus 98) se le suministraba más combustible del que cabía en su depósito. Le sirvieron 65 litros, cuando la capacidad máxima era de 70, de los que nueve correspondían a la reserva, cuyo chivato aún no se había encendido.

Francisco trasladó su queja al Servicio de Consumo de la Comunidad de Madrid, adjuntando el justificante de pago del combustible y las especificaciones técnicas del vehículo. "Posiblemente este surtidor tenga un fallo, pero por si hubiera mala fe, ruego sean revisados todos los surtidores de esta estación de servicio", indicaba en su carta a las autoridades.

El 21 de marzo de 1996 recibió la respuesta, firmada por la jefa del Servicio de Orientación al Consumidor: "Le comunicamos que, personado un técnico de la Dirección General de Industria, Energía y Minas en la instalación de referencia, se procedió a realizar la comprobación de medidas de los surtidores, resultando los valores obtenidos dentro de la tolerancia permitida" (menos 0,5%).

"Por ello", agregaba la misiva, "no procede incoarse expediente de infracción en materia de consumo, procediéndose al archivo de su reclamación individual. No obstante, se ha tomado nota del problema para su inclusión en las campañas de inspección general para vigilar el cumplimiento de la normativa".

Más de un año después, a finales de 1997, técnicos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) comprobaron por dos veces que la gasolinera Lema SL suministraba hasta un 5,4% menos combustible de] que pagaban sus clientes.