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Clinton no logra un cheque en blanco de la ONU para atacar Ikak si incumple el acuerdo

El Consejo de Seguridad de la ONU se disponía a aprobar esta madrugada una resolución que amenaza a Irak con "las más severas consecuencias" si viola el acuerdo con su secretario general, Kofi Annan, y vuelve a impedir el trabajo de los inspectores de desarme. La resolución, según adelantaron sus patrocinadores, Reino Unido y Japón, no supone sin embargo una autorización a EE UU para usar de inmediato la fuerza contra Irak en caso de una nueva crisis. La ausencia de permiso para castigar a Irak sin mayores tardanzas representa un revés para Bill Clinton.

El presidente norteamericano deseaba una resolución mucho más contundente y que pudiera utilizar para justificar un fulminante ataque contra Irak al menor obstáculo impuesto a los inspectores. Pero su embajador, Bill Richardson, quedó en franca minoría y el texto aprobado es lo máximo que sus incondicionales aliados británicos pudieron arrancar.Rusia, China y Francia se opusieron en redondo a conceder a Clinton licencia internacional para disparar el gatillo cuando lo estime necesario. Estos tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad insistieron en que, en caso de una nueva subida de fiebre en la crisis de los inspectores, este organismo de la ONU debería dar una aprobación explícita al uso de la fuerza.

La mayoría de los 15 miembros del Consejo, incluidos países que apoyan sistemáticamente a EE UU como Brasil, Costa Rica y Portugal, se alinearon con la posición de rusos, chinos y franceses. "Está claro que sólo el Consejo de Seguridad tiene autoridad para aprobar una acción militar" dijo el embajador costarricense, Fernando Berrocal.

Para conseguir apoyo unánime al texto, los británicos tuvieron que dejar claro que Washington y Londres no lo usarán como fuente de legalidad a un ataque fulminante a Irak. Los norteamericanos, no obstante, no se comprometieron a consultar al Consejo de Seguridad en caso de nueva crisis. Bill Richardson afirmó que Washington no necesita una autorización específica para una posible operación militar.

La resolución ha tenido varios borradores en los últimos días. La mayoría de los miembros deseaban emplear la frase "muy serias consecuencias", pero EE UU insistió en "las más severas consecuencias".

El texto de la resolución aprueba el acuerdo conseguido por Annan en Bagdad, que establece que Irak concederá acceso a los denominados recintos presidenciales a equipos formados por inspectores de Unscom y diplomáticos. El secretario general de la ONU ha nombrado al srilankés Jayantha Dhanapala comisario especial de esos grupos. La resolución reitera la intención del Consejo de Seguridad de levantar las sanciones a Irak cuando ese país haya cumplido las exigencias de desarme contenidas en el alto el fuego de la guerra de 1991.

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Poco antes, en una entrevista a la cadena de televisión CNN, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, había asegurado que su país respetaría el acuerdo alcanzado con Annan con o sin resolución al rspecto.

[Mientras tanto, en Bagdad, el Gobierno iraquí hizo un llamamiento a los árabes, en especial kuwaitíes y saudíes, que poseían bienes inmuebles en la provincia de Basora (al sur de Irak) antes de 1990, para que los ocupen de nuevo, informa la agencia France Presse.]

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