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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Oscuros pensamientos

Paseaba yo por la remozada plaza de Oriente de Madrid, inmerso, sin saber por qué, en unos negros pensamientos sobre expolios arqueológicos, que parecían emanar directamente de las profundidades del suelo, bajo mis pies.Estaba a punto de volver a casa cuando los compases de una inspirada composición de cámara de Mozart despejaron mis negros nubarrones.

De pronto, la música se interrumpe abruptamente. Cinco policías municipales desalojan sin contemplaciones a la espontánea orquesta.

La perplejidad da paso a la ira, y sin pensarlo dos veces pido explicaciones a la autoridad."Ocupación de la vía pública", me responde uno de los policías como argumento para tan inoportuna e injustificada acción.

Ocupar: "Tomar posesión o apoderarse de territorios o lugares. Invadirlos o instalarse en ellos". Es decir, plantarse en la calle y decir: "La calle es mía". Evidentemente, los músicos estaban instalados en la vía pública, pero no para apoderarse de ella, sino para compartirla, al igual que su música.

La presencia de artistas en la calle hace de ésta un lugar más comunicativo, menos agresivo, más divertido y colorista.

Ocupar la vía pública tiene, a mi entender, acepciones completamente diferentes. Sirvan como ejemplo:

-Ocupar la vía pública por obras que una vez que llegan a su fatigoso fin, y tras una semana de tregua, vuelven a convertirse en obras (siempre pienso que deben de dejarse algo olvidado en el interior).

-Ocupar la vía pública con espantosos chirimbolos informativos y recipientes de reciclaje que impiden el paso normal de los peatones (por no hablar de la estética).

-Ocupar la vía pública con cientos de andamios de los que sabemos cuándo llegan, pero jamás cuándo se van.

-Ocupar la vía pública con miles de cacas de perros.

-Ocupar la vía pública con millones de coches. Las grandes ciudades europeas cierran sus cascos antiguos al tráfico rodado, pero aquí sólo se eliminan los bordillos, confundiendo calzada y aceras (supongo que para que los coches, no se destrocen las ruedas intentando aparcar sobre ellas).-

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