El pueblo de Ermua consigue el Premio por la Paz Enrique Casas

El pueblo de Ermua ha sido galardonado con el Premio por la Paz Enrique Casas 1998 que concede cada dos años la Fundación Alzate, en memoria del senador socialista asesinado por ETA, a modo de alegato contra la violencia, el fanatismo y la intolerancia. El jurado del premio adjudicó ayer por unanimidad este galardón al pueblo de Ermua, en reconocimiento a la "movilización enérgica y cívica" que protagonizó ante el secuestro y asesinato del joven concejal del PP Miguel Ángel Blanco, en 1997, que constituye un testimonio de lucha por los principios que inspiran el premio. "Después de las jornadas de julio, los zarpazos del terrorismo han sido rechazados de forma más intensa, en especial en las localidades a las que pertenecían las víctimas", afirma el jurado. Éste añade que la reacción que tuvo el pueblo "en comunión con su ayuntamiento", a lo largo del trágico suceso, demostró que la sociedad no puede ni debe capitular ante la barbarie" Esta impresionante actitud ante la brutalidad del pequeño pueblo de Ermua que conmovió a la sociedad y dió origen a las multitudinarias manifestaciones de adhesión popular en toda España se ha denominado el espíritu de Ermua. Con la concesión del premio, los miembros del jurado aseguran que ellos se unen a este espíritu que, a su juicio consiste en "una conciencia cívica siempre dispuesta a responder a los ataques del fascismo vasco y en estado de alerta ante los desfallecimientos y disensiones de los partidos democráticos". El jurado, que ayer se reunió en San Sebastián, estuvo presidido por el consejero socialista del Gobierno vasco José Antonio Maturana.