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Tribuna:ELECCIONES EN LA COMPLUTENSE.
Tribuna
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La descentralización inaplazable

El próximo día 26 de febrero se van a celebrar elecciones en la Complutense y quisiéramos destacar aquí la importancia que éstas tendrán para el futuro de la universidad de mayores dimensiones del país. Por un lado, se elegirán las juntas de facultad y escuela, órganos fundamentales para el desarrollo de la actividad académica. En este caso, la importancia de estas elecciones a juntas estriba en la necesidad, a nuestro juicio inaplazable, de impulsar decididamente un proceso descentralizador que incremente la capacidad decisoria y las competencias de los centros para acercar la gestión de los asuntos universitarios a los profesores y alumnos.Por un lado, las elecciones del claustro resultan trascendentes porque éste es el máximo órgano representativo de la comunidad universitaria y el único cuyos miembros son elegidos, salvo los miembros de junta de gobierno, que lo son de pleno derecho, por el voto directo de todos los universitarios. De ahí la importancia que debe tener un órgano de esta naturaleza para debatir y diseñar las grandes líneas académicas que deberían constituir la guía de acción de la política universitaria. Sin embargo, lejos de ser así, en los últimos años se ha convertido en un órgano totalmente descafeinado que se reúne raras veces y cuando lo hace no es para debatir, sino para aprobar, con escasa o nula discusión, determinados proyectos con la única finalidad de cumplir trámites que exige la normativa vigente.

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Una ocasión perdida

De este modo, y con la excusa de que un órgano de estas características resulta poco manejable por la gran cantidad de personas que lo componen, se ha hurtado a la comunidad universitaria la discusión, el debate y la reflexión conjunta de gran cantidad de temas que, sin embargo, afectan de un modo muy directo a la vida docente e investigadora. Se ha producido, en definitiva, un intento de anular la participación democrática académicamente crítica, favoreciendo la segmentación y fragmentación de los miembros que componen la universidad, fomentando la desideologización con falsas llamadas a la profésionalización y en contra de la "politización" de la universidad. Lo que se pretende es que cada miembro individual se ocupe sólo de lo suyo, sin que se preocupe demasiado de su entorno. Ante esta actitud de prescindir prácticamente del claustro para gobernar la universidad, un grupo de profesores, personal de administración y servicios y estudiantes, hemos presentado públicamente una alternativa de progreso para la universidad, que entre otras cosas pretende revitalizar la participación y potenciar el diálogo que a su vez consideramos imprescindibles si se tiene la intención decidida de tratar de resolver con la ayuda de todos los grandes problemas que atenazan a la universiad española en general y a nuestra universidad en articular. En suma, estamos por la democracia, la participaión plural y la descentralización de cometidos y funciones y no por la gestión basada en la concentración de las decisiones. Temas tales como planes de estudio, política de investigación, política de personal, estudiantes, reforma del título V de la Ley de Reforma Universitaria (LRU), o la política presupuestaria, deben serobjeto de discusión en el claustro. En este orden de cosas es,por ejemplo, llamativo quecuando se está discutiendo en elConsejo de Universidades la reforma del título V de la LRU y de los planes de estudio, la Complutense no haya tomado la iniciativa de convocar su claustro, tanto para ser informado acerca del estado de la cuestión, como, sobre todo, para conocer su opinión sobre las líneas de esta reforma. Parece ser que nos tenemos que conformar y esperar a contemplar cómo emanan de las instancias superiores las directrices de la reforma, sin un criterio definido de la universidad sobre estos temas, que no hace falta incidir en que son básicos para el futuro, sobre todo el más inmediato, y lo que es peor sin tratar de influir en las decisiones en función de nuestros propios criterios y no siendo sin más un sujeto pasivo de cómo se desarrollan los acontecimientos.

Estamos ante una oportunidad única para la revitalización el claustro y su recuperación como motor de la universidad. Para ello hay que empezar por exigir que el claustro ejerza las competencias que los estatutos de nuestra universidad le asignan y que en la actualidad están olvidadas. En particular los puntos 4, 6 y 8 del artículo 65. Punto 4: "La aprobación de las líneas generales de la política académica propuesta por el rector". Punto 6: "Formular recomendaciones y propuestas". Punto 8: "Recabar información del rector o de los miembros de la junta de gobierno en los términos previstos en el reglamento de funcionamiento interno del claustro". Por lo que concierne al punto 4, aún estamos esperando desde hace ocho o nueve años que alguien se digne a convocarnos para aprobar las líneas generales de la política académica propuesta por el rector. Cuestión que no consideramos que sea baladí. Partimos de la premisa de que nada de la vida universitaria nos debe ser ajeno y queremos hacer una llamada a la participación y a que todos aquellos universitarios (docentes, personal de administración y servicios y estudiantes) que compartan nuestros principios se unan para introducir aires nuevos en la forma de gobernar los asuntos de la Complutense.

Junto a Carlos Berzosa, este artículo lo firman Carlos Andradas, José Carrillo, Rafael Hernández, Rosario Otegui, profesores de la Complutense. Más información en la página 7 de Madrid

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