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"Si tienes un Papa y un rinoceronte, casi tienes una novela",dice Lawrence Norfolk

El papa León X (Giovanni di Medici, 1475-1521) fue un arquetipo renacentista, entusiasta de las cosas, el arte y la cultura de la época como buen Médici, y completamente cínico en religión y política. Un personaje de tan marcado perfil resultó irresistible para el escritor británico Lawrence Norfolk, cuyo entusiasmo por el Pontífice se multiplicó al enterarse de que éste era el feliz poseedor de un rinoceronte. "Tienes un Papa, tienes un rinoceronte, y sólo con esos dos elementos ya sabes que ahí hay una novela: en la historia no suelen darse combinaciones tan buenas", dice NorfoIk, tras excusarse por el grosor de su libro (El rinoceronte del papa, Anagrama). "Sé que 800 páginas son muchas; si alguien pasa un mal rato leyéndolas, que se consuele pensando lo mal que lo he pasado yo escribiéndolas. Si se pierde en la trama, sepa que yo también me he perdido muchas veces". Después de algunos chistes más, aclara que ese grosor no es fruto de grafomanía, sino "el espacio necesario para crear un mundo, la Italia del Renacimiento, y dejar que por el gran paisaje aparezcan, se muevan y desaparezcan infinidad de personajes. Y un mundo, una época, no la puedes despachar en 200 páginas".NorfoIk estuvo en Barcelona hace un par de años para presentar la traducción de su primera novela, El diccionario de Lémpriere, sobre la Compañía de las Indias Orientales. Aunque acogida con entusiasmo, los editores americanos la consideraron larga y publicaron una versión algo abreviada. El autor no se tortura con aquellos recortes: "La versión inglesa es completa; de todas maneras, una que vez publicas un libro lo pierdes; además, a saber qué cosas horribles hacen los lectores con él se saltan páginas, se lo regalan a su tía en Navidades... ".

NorfoIk se considera "una anomalía" entre los escritores británicos de su generación, más volcados, por tradición, al testimonio sobre la época y el lugar en el que viven, o a glosar la vida del excéntrico de la familia. "Me interesa la otra gente, no yo, y otros periodos históricos, no el que me ha tocado vivir", explica. Así, ahora trabaja en su tercera novela histórica, que abarca desde la guerra de Troya hasta los años setenta, "cuando el tiempo pasado deja de pertenecer a la historia para pasar a ser mi vida", dice.

También en su especialidad NorfoIk considera que va a contracorriente. A pesar de escribir novelas históricas, juzga este género "degradado", pues "por lo general sus autores usan el pasado como una metáfora bastante simple del presente".

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