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CONTROL SOBRE IRAK

Estados Unidos quiere que la ONU le autorice a atacar si Sadam Husem no cumple el pacto

Sólo Estados Unidos recibió ayer con cara de palo a Kofi Annan en su regreso triunfal a la sede neoyorquina de Naciones Unidas. Mientras Annan cosechaba una ovación de gala de los empleados de la ONU, y cálidos parabienes de los diplomáticos de los países miembros, Bill Richardson, el embajador de EE UU, insistió en las dudas norteamericanas sobre el contenido y la viabilidad del acuerdo alcanzado en Bagdad. Richardson pidió que el Consejo de Seguridad apruebe una resolución "que le diga a Sadam que si no cumple esta vez tendrá que afrontar serias consecuencias".

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El propio Annan, en una rueda de prensa tras haber informado oficialmente del pacto a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y al conjunto de ese organismo, descartó las reticencias norteamericanas. El acuerdo, dijo, es "una victoria para la ONU" es el primero aceptado personalmente por Sadam Husein y no presenta "ningún detalle" que a él le produzca preocupación.El presidente iraquí, según Annan, fue "serio cuando aceptó el compromiso"; aceptó que las sanciones internacionales no serán levantadas hasta que Irak cumpla con las resoluciones de la ONU y tan sólo le pidió al secretario general que informara al Consejo de "los sufrimientos de su pueblo", lo que hizo ayer. Annan añadió que va a "poner a prueba el acuerdo tan pronto como sea posible" y ayer mismo comenzó a trabajar al respecto.

Antes, a su llegada a la sede de la ONU, Annan había lanzado un guiño cariñoso para Bill Clinton y al primer ministro británico Tony Blair, al calificarles de los "los perfectos mantenedores de la paz". "Nosotros", dijo, "enseñamos a nuestros mantenedores de la paz que el mejor modo de usar la fuerza es exhibirla para no tener que usarla". Clinton y Blair, afirmó, "han contribuido a esta solución pacífica al demostrar firmeza y hacer posible la opción militar".

A los representantes del Gobierno de Clinton les tocó el papel de aguafiestas. Antes y después del informe de Annan al Consejo, Richardson, aún aceptando el pacto, puso el acento una y otra vez en que había que "clarificarlo y probarlo". "Sadam", dijo Richardson, "siempre viola los acuerdos".

El embajador norteamericano ante la ONU pidió que el Consejo de Seguridad apruebe una resolución que amenace a Sadam con "serias consecuencias" si no cumple lo que ha pactado. El Reino Unido, según informó en Londres un portavoz de Blair, se presentó voluntario para presentar de inmediato esa resolución. "Si Sadam rompe este compromiso", dijo el portavoz británico, "la nueva resolución debe dejar claro que las consecuencias serán severas".

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Los representantes en la ONU de Francia, Rusia y China adelantaron ayer sus reticencias a aprobar algo que, en su opinión, daría a los anglosajones el derecho a bombardear Irak cuando encontraran el menor pretexto.

EE UU, según el Pentágono, mantendrá una fuerte presencia militar en el golfo Pérsico, incluidos dos portaaviones, hasta finales de marzo y quizá hasta septiembre. "Si Sadam tampoco cumple esta vez su palabra", dijo Clinton el lunes al anunciar su cautelosa aprobación al acuerdo, "todo el mundo comprenderá que EE UU tiene derecho a responder en el momento y por los medios que escoja".

Madeleine Albright, la secrearia de Estado, también aludió ayer en Washington, en una comparecencia ante el Congreso, a las "ambigüedades" del pacto conseguido por Annan. Washington, añadió, no piensa permitir que Sadam "nos lleve de crisis en crisis" y actuará "con fuerza, firmeza y sin retrasos" si no permite que los inspectores de la ONU eliminen su presunto arsenal químico y biológico.

Las "ambigüedades" mencionadas por los norteamericanos se refieren al punto en el que Unscom se compromete a "respetar las legítimas preocupaciones de Irak sobre su seguridad nacional, su soberanía y su dignidad". Washington se barrunta que Irak usará ese punto para oponerse a determinadas inspecciones.

Otra es la creación para ocho palacios presidenciales de un grupo especial compuesto por inspectores de Unscom y diplomáticos internacionales. Washington quiere saber cómo se nombrarán esos diplomáticos y quién estará al frente de esos grupos especiales: Unscom o los diplomáticos.

A los norteamericanos también les preocupa que el australiano Richard Butler, considerado por Bagdad una marioneta de EE UU, pueda ser sustituido como jefe de Unscom.

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