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Diálogo imposible

Durante las jornadas casi ninguno de los ponentes cifró sus esfuerzos teóricos concretamente en los integrantes de ETA, pero la imagen de la banda terrorista planeó como un ave por toda la sala.Sólo Francisco Alonso-Fernández leyó pasajes como éste en el que precisaba que "su irracional huida [en referencia a ETA] de la realidad se produjo al tomar en 1978 el acuerdo en asamblea de no reconocer la existencia de diferencias sociopolíticas entre el Estado español totalitario de la época franquista y el Estado democrático instaurado en 1976". Más adelante dijo: "Los ideales de ETA son el resultado de dar un matiz socialista estatilizado a un nacionalismo sacralizado y racista". Entonces citó a Levy: cuando cualquier ideario político se sacraliza, la barbarie se aproxima.

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Sin tratarse de alusiones concretas, algunas consideraciones parecieron asomar la idea de que es imposible un diálogo con ETA: "Terrorismo es en general la eliminación de un interlocutor como interlocutor. De tratar a un sujeto como objeto. Por ello puede decirse que hay respuestas al terrorismo que son terroristas, y en tanto tal lo retroalimentan", dijo Manuel García Nart.

Antes, Alonso-Fernández había dicho: "No suelen tener capacidad para el registro de sentimientos de culpa ni remordimientos, muchas veces ni siquiera cuando más tarde abandonan el manejo de las armas". "Son impulsivos y los impulsivos se mueven en un tiempo cero. No pueden negociar porque todo lo quieren Va", agregó más adelante el profesor de Psiquiatría de la Universidad Autónoma Jesús Poveda.

Si de rescatar soluciones al fenómeno se tratara, varias contribuciones pueden mencionarse. Según Alonso-Fernández, es inadecuado llamar "violentos" a los terroristas actuales: ellos no tienen comportamientos fuera de control, en todo caso son unos violentos domados. El que no se controla es sacado de sus filas. El terrorismo es también una conducta aprendida, y si algo lo caracteriza es el autocontrol y la organización.

Si los terroristas se manejan en el ámbito del impulso -y no en el de la razón y la emoción-, Poveda considera que el gran reto es hacer una compensación de su personalidad: darle razones, emociones y quitarle impulsividad. "La empatía es el mejor antídoto contra el terrorismo". Luego, hay que llamarles por su nombre. "No hay respuesta más ansiolítica (contra la ansiedad) que la denominación". Para Alonso-Fernández, lo primero es tener una idea clara y sin tapujos de lo que está sucediendo. "La nebulosa cultiva el terrorismo". El fanático luchador siempre creerá que los acontecimientos están de su lado.

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