Londres advierte a Sadam Husein de que perderá su poder militar

El Gobierno británico aseguró ayer a Irak que, en caso de una nueva guerra, Sadam Husein perderá virtualmente hasta su último soldado. El ministro de Defensa, George Robertson, predijo ese desenlace en una declaración a la BBC. Ésta dejó una vez más en claro la determinación británica de apoyar por todos los medios la campaña que Washington organiza para atacar a Bagdad.

"Estamos absolutamente seguros de que el daño que le haremos a él y a su estructura militar va a ser considerable y que reducirá sustancialmente su capacidad de atacar a sus vecinos", dijo Robertson, riel partidario de una gran ofensiva aérea.

Sus palabras coincidieron con el lanzamiento de la crucial iniciativa diplomática emprendida por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que intenta impedir la conflagración con un viaje a Bagdad. En medio del creciente ruido de sables en el golfo Pérsico, sin embargo, Londres no ha abandonado las esperanzas de una solución diplomática.

Robertson advirtió de que se están tomando todas las precauciones para impedir que un conflicto en el golfo Pérsico "se salga de todo control", una referencia a las preocupaciones británicas tras una serie de informes de que Bagdad proyecta tomar represalias directas dentro del Reino Unido. El primer ministro, Tony Blair, se enfrentaba entretanto a la rebelión de 23 parlamentarios laboristas críticos de su "inamovible apoyo" a la estrategia norteamericana para golpear a Irak si Sadam no da el brazo a torcer en la campaña internacional para inspeccionar sus supuestos arsenales de armas químicas y biológicas.

Según Robertson, sólo tras una contundente ofensiva militar, el presidente iraquí se verá obligado a prestar atención al proceso diplomático estancado.