El Gobierno español se queda solo en el Parlamento en su apoyo a las tesis de EE UU
Sólo la amenaza del empleo de la fuerza puede obligar a Sadam Husein a entregar a los inspectores de Naciones Unidas sus depósitos de armas químicas y bacteriológicas, capaces de acabar con la población mundial. Sobre esta premisa, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, fijó ayer en el Congreso de los Diputados la posición del Gobierno español en la crisis de Irak, que se alinea plenamente con las tesis de Estados Unidos y del Reino Unido. Si fracasan las gestiones diplomáticas, España considerará que se viola el alto el fuego acordado en 1991, por lo que será plenamente legal una acción militar contra Bagdad. "Las autoridades iraquíes tienen que saber que la comunidad internacional va en serio".
La rotunda posición del Gobierno español se encontró huérfana de apoyos en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, ya que tanto el portavoz de Convergéncia i Unió (CiU) como el del Partido Nacionalista Vasco (PNV), partidos que, en principio, sostienen una posición similar a la del Gobierno, se ausentaron durante el debate sobre la crisis de Irak. Tanto el PSOE como Coalición Canaria, Nueva Izquierda e Izquierda Unida se opusieron, con distintos matices, al empleo de la fuerza y recordaron reiteradamente la oposición de la opinión pública española a cualquier acción militar. La oposición, además, pidió garantías de que la Fuerza Aérea norteamericana no utilizará las bases españolas para un eventual ataque sobre Irak.Matutes, que intentó establecer una continuidad entre la guerra de 1991 y la actual crisis de los inspectores de la ONU, aseguró que ahora el Gobierno "no se plantea enviar tropas" "ni que las bases españolas sean utilizadas como plaforma para bombardear Irak". El ministro no resistió la tentación de dar al portavoz socialista, Luis Yáñez, la cifra de operaciones realizadas por los B-52 norteamericanos desde la base de Morón para bombardear Irak durante la guerra del Golfo: 294.
La aviación norteamericana, añadió el ministro, está utilizando en estos momentos las bases en operaciones de tránsito hacia el golfo Pérsico en el marco de los acuerdos bilaterales. "No están previstas peticiones de autorización para el uso de las bases" al margen de esas operaciones de tránsito, agregó Matutes.
La total responsabilidad del Gobierno iraquí en la actual crisis no fue puesta en duda por ninguno de los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, que, sin embargo, acusaron a Matutes de utilizar "un lenguaje apocalíptico respecto al enemigo a batir", en palabras de Manuel Alcaraz, de Nueva Izquierda.
El ministro acababa de ofrecer una detallada información sobre los mortíferos arsenales iraquíes descubiertos y neutralizados por los inspectores de la ONU. Matutes añadió que la labor de esos inspectores no se ha limitado a la eliminación de armas químicas, "sino que ha informado de que todavía quedan por localizar más de 4.000 toneladas de precursores de armas químicas, varias cabezas de misiles y 16 toneladas de elementos para agentes bacteriológicos". En este contexto, "es obvio que la comunidad internacional no puede permanecer tranquila mientras un país mantenga tal cantidad de armas de destrucción masiva", añadió. Matutes citó al Financial Times para asegurar que Irak posee armas suficientes "para eliminar varias veces a toda la población".
La posición de España, plenamente favorable a una intervención militar si fracasan las negociaciones diplomáticas, es clara. "Si la acción diplomática fracasa, España considerará que se han abierto las puertas a otras opciones previstas por Naciones Unidas y por la legalidad internacional. La responsabilidad recaerá exclusivamente en el Gobierno de Bagdad, al haber hecho caso omiso de todas las iniciativas y gestiones tendentes a encontrar una salida honorable y pacífica a la crisis" precisó.
La acción militar estará amparada en la resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1991, que "indica claramente que el alto el fuego entraría en vigor una vez que Irak notificase a las Naciones Unidas su aceptación de una serie de disposiciones, entre las que se incluía la eliminación de las armas de destrucción masiva y la actuación de la Unscom para eliminar dichas armas. Al oponerse Irak a los trabajos de los inspectores, este país viola las condiciones de alto el fuego, y nos retrotraemos a la situación anterior. Con posterioridad a la resolución 687, otras resoluciones han determinado con claridad la legalidad de una actuación militar en esas condiciones" concluyó.
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