Rusia y China se unen contra el uso de la fuerza en Irak

Estados Unidos continúa sus preparativos para lanzar un ataque devastador contra Irak, pero no tendrá fácil presentar la operación Trueno del Desierto como fruto de un consenso internacional para castigar a un país que viola la legalidad internacional. Dos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China, expresaron ayer de forma conjunta su oposición al rumbo que ha tomado la crisis. Tras entrevistarse ayer en Moscú, el presidente Borís Yeltsin y el primer ministro Li Peng emitieron un comunicado en el que rechazan rotundamente el uso de la fuerza.

Ambos países, señala el texto, favorecen una solución política que permita que Irak cumpla por completo las decisiones del Consejo de Seguridad, garantice la eliminación del potencial de este país en cuanto a armas de destrucción masiva y abra la puerta al levantamiento de las sanciones, especialmente el embargo petrolero".

También Francia está mostrando su rechazo a la actitud norteamericana, que sólo encuentra un aliado entre los cinco grandes de la ONU: el Reino Unido. Tal vez por temor al veto de uno o varios de los miembros permanentes es por lo que EE UU insiste en que no necesita ningún nuevo mandato del Consejo de Seguridad para lanzar sobre Irak su impresionante máquina de guerra.

Ayer, en su discurso sobre el Estado de la nación, pronunciado en el Kremlin ante los miembros de las dos Cámaras del Parlamento, Yeltsin insistió en que se mantendrá firme en sus esfuerzos "para asegurar que Irak cumpla las resoluciones del Consejo de Seguridad" y en que es necesario "utilizar todos los medios diplomáticos" para lograrlo. Sin embargo, introdujo una sutil variación en su postura: el uso de la fuerza ya no sería totalmente inadmisible, sino tan sólo "el último y más peligroso medio" de que Irak entrase en razón.

Las palabras de Yeltsin no dejaron satisfecho a Vladímir Zhirinovski, que acababa de mostrar su apoyo a Sadam Husein viajando hasta Bagdad con un grupo de diputados rusos y de ayuda humanitaria. "Borís Nikolaiévich, sólo usted puede parar el ataque. En otro caso, estallará". A Yeltsin no le gustó, nada. "No hay nadie en esta sala", dijo, "que se ocupe más de Irak que yo".

Entre tanto, el ex general Alexandr Lébed, que fue consejero de Seguridad Nacional y Candidato presidencial, interpreta los preparativos militares norteamericanos como síntoma claro de que habrá un ataque, y pronostica que Irak se convertirá para EE UU una catástrofe comparable a la que Chechenia supuso para Rusia.

Mientras, el presidente francés, Jacques Chirac, que recibió ayer en el Elíseo a Mohammed Said al Sahaf, ministro de Exteriores iraquí, se mostró algo más optimista, següii informa Octavi Martí. Chirac dijo que "a partir de ahora ha empezado la cuenta atrás", pero insistió también en que "hoy una solución diplomática estrictamente conforme a las resoluciones del Conseos de Seguridad es aún posible".

Al Sahaf, portador de un mensaje de Sadam Husein, manifestó que su país "esperaba la visita del secretario general de la ONU, Kofi Annan" y que estaban dispuestos a dar "una acogida positiva a todas las propuestas y sugerencias equilibradas". Al Sahaf abandonó París sin entrevistarse con Annan como anunciara.