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Los Reyes concluyen en Filipinas la evocación del 98, que desean culminar en Cuba

Los Reyes concluyeron ayer en Filipinas la primera etapa de la conmemoración de 1898 que, previsiblemente, culminará a final de año en Cuba. Este viaje no está todavía planificado, a la espera del nombramiento de embajador en La Habana, que se realizará, según fuentes diplomáticas, en las próximas semanas. La decisión final está sobre la mesa del presidente del Gobierno, José María Aznar, que conoce el deseo del Rey de visitar la isla con motivo del centenario del fin de la presencia española en América.

La buena relación personal entre don Juan Carlos y Fidel Castro puede ayudar a superar los escollos que han impedido hasta ahora que Cuba sea el único territorio iberoamericano que no ha sido visitado por el Rey de España.Don Juan Carlos y doña Sofia partieron ayer de Filipinas rumbo a Kazajstán tras recorrer la exposición conmemorativa del centenario de la declaración filipina de independencia que se está construyendo en la antigua base militar norteamericana de Clark, cerca de Manila. Los Reyes, acompañados por el presidente de Filipinas, Fidel Ramos, y por el presidente de la comisión del centenario, Salvador Laurel, recorrieron la Plaza Colonial, en la que España ha invertido cuatrocientos millones de pesetas. La plaza reproduce los principales edificios de una ciudad filipina del siglo XIX, con su iglesia, convento-escuela y ayuntamiento. Una réplica de las murallas de Intramuros, que delimitan el barrio más antiguo de Manila, cierran esta Plaza de España de más de dos hectáreas.

El Rey descubrió una placa conmemorativa de su visita sobre la fachada de la iglesia, réplica de la de Barosoain, en la que el nacionalista Emilio Aguinaldo redactó la primera Constitución de Filipinas. En el edificio del convento, que alberga un pequeño teatro, los Reyes asistieron a un breve espectáculo de danza. El local será utilizado por compañías españolas de danza y zarzuela que viajarán a Filipinas durante la conmemoración del centenario.

El recorrido por la Expo Filipino, que se encuentra todavía en un estado bastante precario, puso punto final a la visita de los Reyes, que la noche del jueves ofrecieron una cena de gala al presidente de Filipinas y a su esposa, Amelita Ramos, en la residencia del embajador español.

La anécdota del viaje estuvo en el partido nocturno de golf que unió en un mismo equipo a la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, y al presidente Ramos, tras la cena en casa del embajador Delfín Colomé. Ministra y presidente jugaron en la sofocante y húmeda noche de Manila contra el ministro filipino de Asuntos Exteriores, Domingo Siazon, y un profesional del club donde habitualmente juega el presidente. El partido, que comenzó a medianoche, concluyó pasadas las tres y media de la madrugada con ventaja del ministro filipino y del entrenador del club. A la ministra Aguirre, considerada una buena jugadora, sus compañeros filipinos no le dieron ventaja alguna y tuvo que salir del mismo tee que los hombres.

Los Reyes tenían previsto cenar la noche del viernes en la capital de Kazajstán con el presidente Nursultán Nazarbáiev, un admirador de España que frecuentemente acude a nuestro país en visita privada. Kazajstán está considerada como una de las repúblicas asiáticas con mayores recursos naturales, sobre todo gas y petróleo. La compañía española Repsol explora los ricos yacimientos situados en el Caspio y otras empresas españolas estudian su entrada en ese mercado. José María Aznar, que visitó oficialmente Kazajstán el pasado mes de octubre, anunció la próxima apertura de una embajada en ese país en un gesto que refleja la importancia estratégica que la diplomacia española le concede.

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