Un texto de una docena de folios

El lehendakari Ardanza presentó su propuesta a los partidos democráticos vascos en la última sesión del Pacto de Ajuria Enea, el pasado diez de enero. Los seis representantes del Pacto -PNV, PSE-PSOE, PP, Eusko Alkartasuna (EA), Izquierda Unida (IC-EB) y Unidad Alavesa (UA)- leyeron los doce folios del texto, pero no pudieron llevarse un ejemplar a su casa. Ardanza ha querido evitar las filtraciones para salvar el riesgo de una interpretación sesgada sobre un documento muy delicado en el que, por ejemplo, se admite que aun cuando ETA ha perdido su guerra también se dice que el Estado no podrá acabar con la banda terrorista sólo por la vía policial.La única excepción que Ardanza se ha permitido a esta regla de discreción es el presidente del Gobierno, José María Aznar. El lehendakari quiso, inicialmente, limitarse a leerle el texto. Pero cuando Aznar se lo pidió, Ardanza cedió, con la complacencia del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, testigo del encuentro junto con el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja.

El texto ha sido redactado por el propio lehendakari, ayudado por su equipo de asesores. También se ha hecho a expertos y a dirigentes políticos, conocedores del terrorismo vasco, y se ha analizado la experiencia irlandesa del alto el fuego del IRA en 1994.

El informe se empezó a gestar hace meses, con la expectativa del final del mandato del lehendakari el próximo mes de octubre. Es también el testamento político del único superviviente, junto con Xabier Arzalluz, del originario Pacto de Ajuria Enea, que se firmó hace diez años. Precisamente, Ardanza presentó su propuesta de renovación del acuerdo en la fecha del décimo aniversario de su firma.

El texto es una amplia reflexión sin apartados. Ardanza basa su análisis en dos alternativas que desarrolla ampliamente: O los partidos democráticos siguen como están, con lo que el Pacto de Ajuria Enea morirá, o se abordan los problemas de fondo que se postergan una vez tras otra en cada reunión de los representantes del Pacto.

A renglón seguido, desarrolla la segunda alternativa. Partiendo de la base de que el fin de ETA no llegará exclusivamente por la vía policial, y de que la banda terrorista no va a abandonar las armas simplemente con el argumento de la bondad del sistema democrático y autonómico, el lehendakari defiende la conveniencia de que se abra un diálogo para que ETA salve la cara.

La última parte del texto establece las condiciones para ese diálogo que desarrolle el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea. Ni el Gobierno ni los partidos pueden negociar con ETA. Sin embargo, se admite el diálogo con un partido elegido en las urnas siempre que la banda terrorista abandone la violencia.