Moscú admite que la vía diplomática se complica

Mientras que el Kremlin deja entrever, por primera vez, un cierto pesimismo sobre una posible salida diplomática a la crisis, los líderes de EE UU y el Reino Unido, Bill Clinton y Tony Blair, redoblaron ayer, en sendas alocuciones radiofónicas, su lenguaje más belicoso. "Nadie debe dudar de nuestra resolución", dijo Clinton. La actitud de Irak "es un desafío a la paz y a la estabilidad mundial", añadió Blair. "Simplemente, debemos pararle [a Sadam Husein]", insistió el primer ministro británico.

El equipo de expertos en armas químicas de la ONU abandonó ayer Bagdad sin lograr avances sustanciales. Tras cinco días de reuniones con las autoridades iraquíes, el equipo de Naciones Unidas no logró arrancar lo que exige Washington: la apertura total de todos los lugares sospechosos de almacenar armas de destrucción masiva a la inspección internacional. En la misma línea, el Gobierno ruso dejó entrever ayer su pesimismo al no lograr de Sadam Husein un cambio de actitud capaz de desactivar la crisis. Una delegación de parlamentarios rusos que querían llevar ayuda humanitaria a Bagdad aplazó el vuelo porque no consiguieron el permiso de la ONU.

Un importante desertor del régimen iraquí, el general Wafiq al Samerai, antiguo jefe del espionaje militar hasta 1995, denunció en el semanario alemán Der Spiegel que Irak conserva capacidad militar para despoblar Oriente Próximo. El general advierte que todo ataque debe llevar aparejado un plan político, pues son muchos los generales iraquíes que estarían dispuestos a derribar a Sadam si reciben ayuda del exterior.

Por otra parte, 18 personas resultaron heridas en Belén, al dispersar las fuerzas de seguridad israelíes una manifestación de apoyo a Irak. Entre los heridos por balas de goma se encuentran tres policías palestinos y varios periodistas occidentales.