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Los 'grupos Y' cuentan con una estructura fija y una perfecta organización

Los grupos Y que apoyan a ETA mediante los sabotajes callejeros cuentan con una estructura fija, una coordinación y una organización jerárquica "que desmienten totalmente cualquier argumentación de violencia popular espontánea", según la Ertzaintza. La policía vasca considera probada esa conclusión tras las diversas detenciones que ha realizado en los últimos días de jóvenes acusados de participar en tales actos vandálicos.

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La Ertzaintza ha desmantelado esta semana tres grupos que se dedicaban al sabotaje en otras tantas zonas del País Vasco y detenido a 13 jóvenes, de los que nueve han ingresado en prisión tras declarar en la Audiencia Nacional y otros dos están en libertad bajo fianza. A ello se suma el arresto de dos más que estaban incendiando contenedores y otros tres por su presunta vinculación con los violentos disturbios en Barakaldo (Vizcaya) en la noche del 23 de enero.La consejería de Interior, que las detalló ayer, recalca que estas operaciones han permitido constatar que los grupos Y están organizados, con una jerarquía y estructura fijas, y planifican con detenimiento sus acciones. Según el departamento que dirige Juan María Atutxa, están compuestos generalmente por un núcleo de cuatro o seis individuos y una masa que se suma a cada ataque concreto y puede sumar varias decenas de personas. Los núcleos planifican los atentados y preparan y transportan el material incendiario al lugar acordado para que pueda ser empleado por la masa. Toda la organización esta pensada, añade, "para actuar en el menor tiempo posible y con la mayor contundencia". En este sentido, se observa que sus tácticas emulan las de los propios comandos de ETA.

Los arrestos han supuesto constatar también que los miembros de estos grupos utilizan en numerosas ocasiones las sedes sociales de Herri Batasuna (HB) para recibir instrucciones y, en ocasiones, como almacenes para sus cócteles mólotov. El más importante de los grupos Y desarticulados, actuaba en la comarca de Gernika (Vizcaya), donde habían provocado numerosos disturbios. Sus componentes, según la Ertzairitza, quemaron la sede del PNV de Sukarrieta, el 6 de diciembre, y participaron en los incidentes de Gernika de la noche del 11 de enero en los que un ertzaina resultó herido tras una emboscada. Un rastro de sangre fue la pista que permitió a los agentes vascos detenerlos. De forma fortuita, uno de ellos se cortó una mano en el ataque a un inmueble. El lesionado pudo ser identificado como lker Goikoetxea, de 19 años. Así, el 27 de enero fue detenido junto a Unai Uriarte, de 20, y Urko Mancisidor. El talde lo completaban J. E. O. T., E. C. O. y A. C.B. Se daban a sí mismos el nombre de comando Marmitako.

Este grupo tenía una estructura muy elaborada, según la policía vasca, con un responsable, un segundo jefe e incluso un administrador económico. Para cometer sus acciones se desplazaban en coches, pero precedidos de una moto con dos individuos que alertaban a los demás por teléfono móvil de la posible presencia de patrullas policiales.

Interior señala que prepararon los artefactos explosivos en un caserío abandonado de Zornotza y los trasladaron a Mundaka, donde los almacenaron en la sede de HB para llevarlos a Gernika poco antes de los incidentes. Las órdenes para iniciarlos las recibieron, añade, de un individuo en el local de HB de esta ciudad.

Los agentes autonómicos también desarticularon a comienzos de este mes a otro grupo que operaba en el Duranguesado (Vizcaya) y que en ocasiones se sumaba a las acciones del anterior. Ambos usaban ocasionalmente de forma conjunta el caserío de Zornotza. El día 1 fueron detenidos Zigor Iturríeta, de 23 años; Oier González, de 19, y G. G. B., de 17, a los que se acusa de haber atacado una entidad de seguros -tras intervenir en una manifestación de lkasle Abertzaleak, el sindicato estudiantil próximo a HB-, tres sedes del PNV, una en Sukarrieta (Vizcaya) en colaboración con el comando Marmitako, y unas instalaciones de Eusko Tren.

El tercer grupo desarticulado operaba en Ordizia (Guipúzcoa), donde la Ertzaintza detuvo a cuatro personas el 31 de enero poco después de que atacaran la vivienda de uno de sus agentes. Los arrestados, I. M. M., E. M. M, I. G. I. y A. A. Z., de entre 17 y 26 años, militan en organizaciones de la izquierda radical como Egizan e lkasle Abertzaleak. A este grupo, se le atribuyen, entre otras acciones, siete ataques contra bancos de la comarca y dos contra el propio Ayuntamiento de Ordizia.

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