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Reportaje:

Ovejas voladoras

Un helicóptero de la Comunidad rescató a 150 ovinos atrapados en el fango en Camarma

Jan Martínez Ahrens

La visión que en la mañana de ayer tuvieron los pastores de Camarma de Esteruelas no fue mal sueño. Ni siquiera una ilusión óptica. Eran simplemente 150 ovejas volando.El origen del paseo aéreo quedaba unos 20 metros más abajo, en tierra. Allí, en un campo que linda con el camino de Galiano, el rebaño había quedado atrapado en un inmenso barrizal. Una inesperada trampa que las había sorprendido al atardecer del martes, cuando triscaban por el campo en busca de hierba.

Por efecto de la lluvia, el terreno, que a la vista parecía sólo levemente embarrado, había perdido firmeza hasta convertirse en puro fango. Todo un cepo en el que los 150 animales quedaron aprisionados hasta el cuello, amontonados unos sobre otros, medio asfixiados y con el barro impidiéndoles cualquier movimiento. Y con una dificultad añadida que advirtió el propietario de las ovejas cuando las descubrió: no había forma de acercarse sin correr el riesgo de quedar atrapado en el barrizal.

El pastor decidió entonces pedir auxilio. Y éste le llegó por tierra y por aire. El aviso movilizó a unos 50 soldados de la Brigada Paracaidista, asentada en Alcalá de Henares, así como a la policía local y hasta al flamante Servicio de Rescate y Emergencias de la Comunidad (Sercam).

Los trabajos de salvamento se toparon con el mismo escollo en el que había embarrancado el pastor: ¿cómo llegar hasta las ovejas? Un centenar de cenagosos metros impedía el acercamiento. Los soldados miraron a su alrededor y encontraron una primera solución. En un desguace cercano se amontonaban decenas de palés. Los cogieron y manu militari tendieron un camino sobre el barro hasta llegar a los aterrados ovinos.

Y arrancó el primer rescate. Soldados y bomberos se echaron las ovejas al hombro y comenzaron a sacarlas. Pero este penoso sistema mostró pronto sus fisuras: los animales pesaban demasiado y, tras 20 horas de amontonamiento, corrían el riesgo de morir asfixiados en cualquier momento (una ya lo estaba). Los bomberos dieron entonces con la segunda solución: el rescate aéreo. Un helicóptero del Sercam en vuelo rasante se hizo cargo de la Operación Oveja. El ganado, de cuatro en cuatro, era empaquetado con mimo en redes (posteriormente se emplearon sacos de obra para sacarlo de dos en dos) El helicóptero se acercaba al lugar de la tragedia, enganchaba la red con una polea y se llevaba a los animales, sanos y salvos, hasta tierra firme. Rápido, eficaz y sin errores, el helicóptero no necesitaba más de cuatro minutos por operativo (cinco horas, en total). Y los ovinos, suspendidos en el aire, incluso parecían disfrutar del viaje. El único problema, para sorpresa de los bomberos, surgía cuando los depositaban en tierra: correteaban inmediatamente hacía el barrizal. Pero entonces eran los pastores quienes ponían en práctica su operativo de rescate. Sonoro y eficaz.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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