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Ratzinger afirma que la Inquisición "no era tan oscura como se cree"

El cardenal define a las sectas como "patología de las religiones"

El cardenal Joseph Ratzinger, de 70 años, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sucesora del Santo Oficio, fue investido el sábado doctor honoris causa por la Universidad de Navarra, donde ayer presentó Mi vida. Recuerdos (1927-1977), un breve anticipo de autobiografía, y se sometió a una conferencia de prensa en la que demostró ser un hábil sintetizador de conceptos contrapuestos. La Inquisición romana, dijo, "no era tan oscura como se cree sino que incluso "luchó contra el fanatismo". Las sectas, diagnosticó, "son una patología de las religiones", y los obispos de Estados Unidos, pronosticó, lograrán que su gobierno acabe con el embargo económico contra Cuba, tal como pidió Juan Pablo II.

El cardenal explicó que no tenía previsto escribir sus memorias, pero que su editor le propuso incluir una parte autobiográfica en un libro sobre su figura. Aceptó hacerlo porque piensa que su vida "es un espejo de la historia del siglo", pero cuando llegó al centenar de folios a que se había comprometido, andaba por el año 1977 y allí decidió parar. "Ese año", explicó, "empieza el presente de mi vida, que está expropiada al servicio de la Iglesia". En el libro habla preferentemente de su infancia en la Baviera católica y rural, así como de sus años universitarios, pero efectúa un hábil regate sobre el Concilio Vaticano II.

Opiniones Políticas

En la presentación del libro expuso sus opiniones políticas. El viaje del Papa a Cuba tuvo una "intención pastoral y no política", dijo, para matizar sin embargo que "la fe también tiene repercusiones políticas". Para Ratzinger, la visita de Wojtyla ha de servir para "abrir nuevos caminos para el futuro" y propiciar que la isla caribeña "entre a formar parte de la comunidad internacional". Esto último, precisó, depende, entre otras cosas, de la actitud de EE UU, pero "los obispos estadounidenses lograrán que su gobierno acabe con el embargo económico".El cardenal recordó la frase que el recién nombrado Papa polaco les dijo a los entonces existentes regímenes comunistas de Europa: "No tengáis miedo, no venimos a formar ningún partido político". Lo cierto, sin embargo, es que ya no existe ninguno de aquellos regímenes y que algo ha tenido que ver con ello este papado.

La fe católica ya no es el gran factor que determina la realidad cultural, admitió. La Iglesia ya no tiene la centralidad que tuvo en la cultura europea occidental hace tan sólo 100 años", dijo. "Ya no somos mayoría, pero es positivo en cuanto que la Iglesia se separa así de una cultura con la que ha sido excesivamente identificada, lo que le permite tomar más fuerza en otras culturas. En Polonia o Rusia se ha podido comprobar que la cultura liberal es incapaz de las respuestas que necesitamos". Sobre su departamento fue benevolente. Los archivos del Santo Oficio llevan ya siete años abiertos y esto ha permitido, dijo, "una reconciliación de la cultura actual con la del pasado". Para Ratzinger, jurídicamente, la Inquisición romana no era tan oscura como se cree, sino que incluso luchó contra el fanatismo, y sus métodos eran "mucho más humanos de lo que se pensaba". Los inquisidores, cree quien ha sido llamado el "gran inquisidor", estudiaban muy a fondo cada caso, aunque ciertamente "cometieron errores porque errar es humano". La Teología de la Liberación, a la que combatió con fuerza, debe combinarse, dijo, con una "teología de la reconciliación".

Las sectas que surgen en este final de milenio, son "una patología de las religiones" que aparecen cuando el sentimiento religioso no encuentra su equilibrio al expresarse y se fragmenta.

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