Yeltsin busca una salida diplomática en el último minuto

El presidente ruso, Borís Yeltsin, ordenó ayer a su enviado especial, el viceministro de Exterior es Víktor Posuvaliuk, que viajara urgentemente a Bagdad para tratar de encontrar una salida política de último minuto a la crisis desatada por la negativa de Sadam Husein de permitir a los inspectores de la ONU que visiten algunos lugares donde sospechan que guardan armas de destrucción masiva. Yeltsin se opone a un ataque contra Irak, mientras que EE UU se inclina por el uso de la fuerza. A su salida de Moscú, Posuvaliuk calificó su misión de "extremadamente difícil, porque los iraquíes "ya han hecho algunas propuestas y ahora el objetivo es intentar obtener más concesones". Yeltsin -que se encuentra en la residencia Rus, en los alrededores de Moscú, donde celebrará hoy sus 67 años de edad- dio a Posuvaliuk la orden de viajar a Bagdad por segunda vez en una semana después de que el jefe de la diplomacia rusa, Yevgueni Primakov, ya en Moscú, le informara por teléfono de las conversaciones que mantuvo con la secretaria norteamericana de Estado, Madeleine Albright, en Madrid. "Es necesario continuar insistentemente los esfuerzos para encontrar una salida política", dijo Yeltsin a Primakov, según informó el portavoz del presidente. La mediación de Rusia en noviembre fue decisiva para superar una crisis similar entre los inspectores de la ONU y Bagdad. En aquella ocasión el Kremlin insistió en que Bagdad debía "ver la luz al final del túnel", y propuso suavizar las sanciones que la ONU ha impuesto al régimen de Sadam. EE UU y el Reino Unido han dicho que su lucha no es contra el pueblo iraquí, y que por ello están dispuestos a apoyar una ampliación del programa de la ONU que permite a Bagdad vender petróleo a cambio de alimentos.