Multitudinaria manifestación en Bilbao por el derecho a la vida y contra la violencia

"La sencillez del respeto a la vida frente a la simpleza de quien aniquila". Bajo esa premisa, los pacifistas de Gesto por la Paz del País Vasco reunieron ayer a decenas de miles de personas -100.000 según la policía autónoma- que denunciaron la estupidez de las armas, la violencia terrorista de ETA y transmitieron una bocanada de solidaridad a los familiares y amigos del concejal del PP de Sevilla Alberto Jiménez y su esposa, Ascensión García, las dos últimas víctima de la banda. En su comunicado final, un portavoz de Gesto pidió a los políticos un "esfuerzo sincero por asumir su responsabilidad en el ejercicio de la política" y abogó, por el diálogo para lograr los mayores consensos posibles desde las "legítimas diferencias".

Minutos antes de que la cabeza de la manifestación echase a andar, el lehendakari dijo que "el dolor nos tiene que unir a todos los demócratas y nos tiene que hacer avanzar en el camino hacia la paz", al tiempo que reconocía que después de tantas condenas a "uno se le terminan las palabras". Ardanza confió en que los partidos democráticos "hayan aprendido" de lo que ha ocurrido en la última semana, en referencia a la polémica existente con la seguridad de los concejales populares. "Espero que no nos dejemos llevar por todas esas cosas", apuntó. El lehendakari tuvo palabras de consuelo para la familia y los amigos de los dos asesinados, un recuerdo especial para tres niños que se despertaron el pasado viernes huérfanos gracias a ETA. Y además mostró su profunda solidaridad con la otra familia, la familia del Partido Popular, objetivo prioritario de las balas y el amonal de la organización terrorista, que "tanto están sufriendo", dijo. A las 17.30, dos columnas de personas apostadas en ambas aceras por donde iba a discurrir la protesta flanqueaban el paso del grueso de la manifestación, encabezada por una pancarta en la que se leía simplemente la palabra paz en euskera y español. Detrás, otra pancarta con el lema de la manifestación Pausuz, pausu (paso a paso) avanzamos hacia la paz. Caras de dolor y de impotencia por el último atentado de ETA se dieron cita ayer en Bilbao. También había rostros conocidos, representantes de la Mesa de Ajuria Enea -Xabier Arzalluz, Carlos Iturgaiz, Nicolás Redondo Terreros-, políticos de todos signo, salvo de Herri Batasuna; los consejeros del Gobierno Vasco; el presidente del Parlamento vasco, Joseba Leizaola; el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar; el rector de la universidad vasca, Pello Salaburu; el presidente del BBV, Emilio Ibarra, y otras muchas personalidades vascas.En la multitudinaria manifestación estuvieron la madre y la hermana de Miguel Angel Blanco Garrido, el edil del PP de Ermua asesinado por la banda terrorista en julio pasado.

En una hora, la cabeza de la marcha recorrió los dos kilómetros que separan la plaza del Sagrado Corazón, donde empezó, del Ayuntamiento de Bilbao. A lo largo del trayecto, el silencio únicamente fue roto por los aplausos y por algunos gritos aislados contra ETA.

Pero, con la llegada del lehendakari, de su gobierno y del resto de políticos, algunas personas se acercaron para espetarles a la cara su hartazgo por todo lo que está ocurriendo. "Estamos hartos de tantas muertes", dijo una mujer de pelo cano al grueso de la representanción institucional. Poco después, un portavoz de la organización convocante de la marcha, que coincide con el 50º aniversario del asesinato del líder pacifista indio Gandhi, se dirigió a los presentes para reivindicar la "solidaridad frente al miedo solitario, y el sentido común de la palabra frente a la estupidez de las armas".

El portavoz de Gesto, Txema Urkiko, soslayó la responsabilidad de los políticos en todo lo que rodea a la violencia y les pidió que "hagan un esfuerzo sincero por asumir su responsabilidad en el ejercicio de la política". "El diálogo debe ser el instrumento básico que posibilite la consecución de los mayores consensos posibles, dentro del respetó a las legítimas diferencias de cada proyecto", añadió. Pero también dijo que los responsables de todo el dolor y del "abuso que ejercen sobre nuestra razón desarmada" son los terroristas.