La extrema derecha israelí se moviliza contra la visita de la enviada de EE UU
La extrema derecha israelí ha empezado a movilizarse contra la visita de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, prevista para las Próximas horas en Jerusalén y Ramala, donde intentará una mediación relámpago entre el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Yasir Arafat, con el objetivo de desbloquear el proceso de paz congelado desde hace más de diez meses."¿Apoya usted al socio de Sadam?", preguntaba ayer la extrema derecha israelí a Albright con millares de carteles en las calles. Estos convocan también a una manifestación frente a la residencia del primer ministro israelí en Jerusalén, donde Benjamín Netanyahu ofrece hoy a la secretaria de Estado una cena a la que asistirá el ministro de Defensa israelí, Isaac Mordejai.
La visita de Albright finalizará el domingo con una reunión con Arafat en Ramala, a diez kilómetros de Jerusalén, sede del Parlamento palestino. Sólo si hay un cambio inesperado en las posiciones de ambas partes la secretaria de Estado volvería a Jerusalén para reunirse de nuevo con Netanyahu, se asegura con escepticismo en medios diplomáticos.
Superar el fracaso
La secretaria de Estado norteamericana tratará de superar el fracaso de la mediación intentada hace diez días en Washington, donde el presidente Bill Clinton intentó acercar las posturas de israelíes y palestinos con respecto a la retirada militar de las zonas rurales de Cisjordania, pactada hace exactamente un año en Hebrón, pero paralizada a consecuencia de los atentados terroristas de Hamás el pasado verano en Jerusalén.Ayer, coincidiendo con los preparativos de la visita, el diario Haaretz filtraba una supuesta nueva propuesta de retirada del Ejército israelí de Cisjordania, según la cual las autoridades palestinas podrán recuperar el 12% de estos territorios ocupados desde la guerra de 1967 a cambio de que se adopten medidas concretas contra el terrorismo. La hipotética oferta israelí, calificada por algún periódico de "generosa", ya que superaba en el 2,5% la anterior, estaba previsto que fuera planteada por Netanyahu a Albright.
Pero antes de que la oferta se planteara formalmente, y como ya ha sucedido en otras ocasiones similares, la propuesta fue desmentida por, el ministro de Infraestructuras, Ariel Sharon, quien aseguró que en ningún caso la cesión superaría el 10% de las áreas rurales de Cisjordania.
Mientras, desde los territorios palestinos un parlamentario, Nabil Abu Rudeina, reclamaba a Albright que ejerciera toda su presión sobre Israel en un intento de obligarle a respetar sus compromisos, que según valoraciones palestinas suponen una retirada del 90% de territorio de Cisjordania.
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