El Gobierno exige a Andorra que ponga fin al contrabando de tabaco

El contrabando de tabaco procedente de Andorra ha alcanzado tales dimensiones que a Hacienda le cuesta más de 35.000 millones de pesetas anuales. Por ello, aparte de impermeabilizar la frontera con unidades especiales de la Guardia Civil, el Gobierno ha decidido exigir al Principado que lo frene. La semana pasada se entrevistaron en Madrid el responsable de relaciones exteriores andorrano, Albert Pintat, y el secretario general de Política Exterior, Carlos Basterreche. Además, el lunes, en Bruselas, el ministro de Exteriores, Abel Matutes, hizo un llamamiento público a las autoridades andorranas en ese sentido.

Un informe de la Jefatura de Información de La Guardia Civil cifra en más de 148 millones las cajetillas que pasaron en 1996 de forma clandestina la frontera, es decir entre el 27% y el 36% del tabaco rubio que circula de contrabando por España y se vende en la calle por la población marginal, generalmente inmigrantes ilegales, a un precio algo inferior al oficial. Ello supone en torno a los 35.000 o los 40.000 millones de pesetas de pérdidas para Hacienda, según el mencionado documento.La propia Guardia Civil califica de "alarmante" la situación al comparar esa estimación con las aprehensiones: "En 1996 se intervinieron 19 millones y medio de cajetillas, de las que millón y medio tenían procedencia andorrana".

El contrabando desde el Principado ha crecido de forma "escandalosa" en los tres últimos años, según fuentes diplomáticas, por la mayor represión del proveniente de otras zonas, como Gibraltar, y la creciente diferencia del precio del tabaco rubio de importación, prácticamente el doble, en Andorra y España.

Así, entre 1993 y 1996, Andorra cuadruplicó sus compras y en el último año seguían aumentando a fuerte ritmo hasta que, en septiembre, España reorganizó sus mandos en la frontera y desplegó un importante contingente de Grupos de Acción Rural (GAR) de la Guardia Civil, que se superpuso al ya existente.

Importantes conexiones

Según la Guardia Civil, en Andorra se fabricaron más 150 millones de cajetillas de tabaco rubio y negro en 1996, a las que hay que añadir la importación de terceros países de otros 83 millones.Las siete grandes fábricas andorranas, que manufacturan, bajo licencia de las compañías Philip Morris y Reynolds, las marcas Marlboro, Winston y Camel, tuvieron que reducir drásticamente su ritmo de producción ante la imposibilidad de seguir sacando su mercancía del país.

La vinculación entre sus dueños y el Gobierno andorrano no es ningún secreto en un Estado en el que apenas se sobrepasan los 10.000 electores y en el que 40.000 de los 60.000 habitantes son extranjeros. Las familias que tienen el poder político también disponen de importantes conexiones con la banca.

El despliegue de las fuerzas de la Guardia Civil en la frontera permanecerá, según fuentes del Gobierno, todo el tiempo que sea necesario hasta que las autoridades andorranas adopten las medidas oportunas para impedir que siga el contrabando.

Fuentes de Asuntos Exteriores señalaron que el Gobierno no tiene ningún deseo de que las relaciones con el Principado se deterioren, pero indicaron que es importante atajar un problema que puede agravarse por la presencia de grupos mafiosos. El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, hizo el pasado lunes, en Bruselas, un llamamiento público a las autoridades andorranas para que hagan frente al asunto.

La Unión Europea también está preocupada por este tráfico ilícito, uno de cuyos ramales se dirige hacia el Reino Unido. La dirección de Aduanas de la Comisión Europea busca con las autoridades una solución ante el riesgo de que el crimen organizado eche raíces en Andorra, que es además un paraíso fiscal.