La voz de cinco generaciones
La música, como tantas otras expresiones artísticas y culturales, gira este año en tomo a la cifra crepuscular y regeneradora de 1898. El Coro Nacional, con su actual director el excelente maestro alemán Rainer Steubing-Negenborg, añadió ayer a las conmemoraciones un programa de especial interés con pentagramas de cinco generaciones musicales españolas.Por cronología y cierto repertorio y actitudes Conrado del Campo fue un noventaiochista, mientras Julio Gómez se encuadra en la generación siguiente, la antecesora de la de 1927. Juan Alfonso García y Miguel Alonso nos dijeron algo a cerca de la generación de 1931 (la de Halffter y De Pablo), Rodríguez Palacios habló por la de 1946 y Adolfo Núñez junto a Sánchez Verdú asumieron la creación de la de 1961.
Ciclo de Cámara y Polifonía
Coro Nacional de España. Director: R. Steubing-Negenborg. Obras de C. del Campo, Sánchez Verdú, Rodríguez ,Palacios, Núñez, Juan Alfonso García, Miguel Alonso y Julio Gómez.Auditorio Nacional de Madrid. 28 de enero.
Una página religiosa, Perce mihi, del Conrado del Campo de 1917, nos recordó que estábamos ante un maestro capaz de trabajar la polifonía desde la tradición, la modernidad y una imaginación armónica coloreada. Julio Gómez se acerca a lo religioso en Campos de Galilea, musicalización de un soneto de Luis Felipe Contardo, en un villancico tradicional, Camina la virgen pura, tratado al margen del folclorismo y se muestra dramático, formal y expresivamente en Victorioso vuelve el Cid, romance para barítono y coro mixto. Las tres obras datan del comienzo de los años cuarenta.
Fuerza dramática
Juan Alfonso García y Miguel Alonso escriben buena polifonía, más severa en el caso del primero y más inquieta en el del segundo, aunque quede lejana lo que ha sido la evolución posterior del compositor zamorano, cantor sencillo de San Juan de la Cruz en ¿A dónde te escondiste? Ricardo Rodríguez Palacios presentó su breve cantata en tres partes Muerte en Granada, en la que absorbe e intensifica la fuerza dramática del poema dedicado por Antonio Machado a la muerte de Federico García Lorca.Adolfo Núñez, de larga dedicación e investigación en la música electroacústica, interioriza su pensamiento en soluciones escuetas al tratar textos de Azorín procedentes de La Voluntad, que considera representativos de algunos rasgos característicos de los hombres del 98. Boceto místico, que así se llama la obra, está escrita este mismo año y se daba en estreno absoluto. En fin, José María Sánchez Verdú (Algeciras, 1968) nos da en su Libera me,algo de gran belleza y, al mismo tiempo, representativo de las últimas corrientes musicales por imaginación, libertad de procedimientos y minucioso afán perfeccionista.
El programa fue muy bien interpretado por el coro, su director, solistas vocales y, en algún caso, el narrador Rafael Taibo.
Babelia
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