Mueren dos mujeres por agresión de sus compañeros sentimentales

Los malos tratos a mujeres se cobraron ayer dos nuevas víctimas, una en la isla de Ibiza y otra en Galicia. Antonia Cruz Ortiz, de 29 años, trabajadora de hostelería en paro, natural de Córdoba y residente en Ibiza, resultó muerta al ser agredida por su compañero sentimental, Manuel P. 0., de 24 años, con trabajos ocasionales como albañil y camarero. Cristina Gómez Ponte, de 21 años, falleció en A Coruña a consecuencia de las cinco puñaladas que le asestó también su compañero sentimental.

La muerte de Ibiza se produjo en el curso de una fuerte discusión en el dormitorio del piso que habitaba la pareja en la villa ibicenca de Santa Eulalia. La víctima murió presumiblemente desnucada.Seis horas después del homicido -acaecido alrededor de las dos de la madrugada- el agresor se presentó en el cuartelillo de la policía local y explicó a los agentes que su compañera había muerto mientras se peleaban. Primero detalló de manera confusa y contradictoria que había agarrado por el cuello a Antonia, pero después dijo que la víctima cayó al suelo después de zarandearla por un brazo. Tras visitar el piso, los policías entregaron al agresor a la Guardia Civil.

Manuel, antes de entregarse a la policía, acudió a un bar para hacer una Ramada telefónica, y uno de sus primeros interlocutores indicó que comunicó la muerte de su compañera con estas palabras: "He matado a Toñi".

Horas antes del suceso, la pareja salió de una cafetería del pueblo discutiendo por cuestiones económicas. Ambos estaban actualmente en paro y vivían realquilados en un piso, cuyo titular era un ciudadano inglés que esporádicamente habitaba en la casa.

Los vecinos del inmueble no habían observado escándalos entre la pareja ni se percataron de la pelea que terminó con la muerte de la mujer. Hoy está previsto que se efectúe la autopsia a la víctima y que el agresor pase a disposición del juzgado número 2 de Ibiza.

En A Coruña, Cristina Gómez Ponte murió a consecuencia de las cinco puñaladas que le asestó Gabriel Veira Gago, de 41 años, con el que aparentemente mantenía una relación sentimental. Ambos estaban en tratamiento con metadona y se enzarzaron en una discusión en plena calle. Los vecinos avisaron a la policía, que llegó a tiempo de recoger a la mujer herida, pero ésta falleció poco después de ser ingresada en la residencia Juan Canalejo.

La agresión se produjo sobre las ocho de la mañana de ayer, en la plaza de Salvador de Madariaga, en el barrio coruñés de Ventorrillo, una de las zonas de la ciudad más castigadas por el tráfico y el consumo de drogas. Los vecinos oyeron la discusión entre ambos y alertaron a la policía tras ver el cadáver de Cristina, que yacía sobre el suelo.

Cuando llegaron los agentes localizaron a Gabriel Veira escondido entre unos matorrales, donde se halló también el cuchillo con el que supuestamente realizó la agresión. La joven recibió cinco puñaladas repartidas entre cuello, tórax y brazos. Cuatro de ellas eran de extrema gravedad, y los médicos no pudieron hacer nada por reanimarla.

La fallecida vivía con su madre en una calle próxima al lugar del crimen, y los residentes en la zona creen que mantenía una relación sentimental con Gabriel Veira, con el que se le veía paseando a diario. Una vecina asegura que momentos antes de la agresión creyó oír que ambos discutían por un asunto de drogas. El presunto homicida y la víctima estaban en tratamiento para abandonar la heroína.

En medio de la psicosis por la avalancha de casos de malos tratos a mujeres, el crimen de A Coruña provoco una pregunta de los periodistas al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, de viaje en Valladolid. Fraga declaró que la sociedad actual "se está volviendo más violenta", y advirtió: "La democracia no consiste en que uno pueda hacer lo que le dé la gana ni experimentar cada día qué cosa le divierte".