Las tiendas de la vieja Estación Sur denuncian la crisis que sufre el barrio

Es necesario acometer cuanto antes las obras de reforma de la antigua Estación Sur de autobuses. Esta es la reivindicación que los miembros de la Asociación de Comerciantes del Paseo de las Delicias (Acopadel) trasladarán esta mañana a la tercera teniente de alcalde, Mercedes de la Merced, del PP, quien preside a su vez el Consejo de Administración de la Empresa Estación Sur.

La crisis se ha adueñado del pequeño comercio en esta zona de la ciudad tras el cierre de la vieja terminal, según los comerciantes. Varios negocios se han visto abocados al cierre, otros han despedido a algunos de sus empleados y las ventas han bajado hasta el 50% en el sector hostelero.

Según el nuevo Plan General de Urbanismo, la antigua estación albergará un polideportivo con piscina, oficinas municipales, un centro de ancianos, un centro cultural y un aparcamiento para residentes. Además, se levantarán 75 viviendas en la manzana colindante. Las obras, en cualquier caso, no se adjudicarán hasta el verano.

Pero los comerciantes tienen prisa y temen que pasen, por lo menos, dos años hasta que todo esté construido. "Aceptamos que la estación haya cerrado, pero no permitimos que el proyecto esté parado. Han pasado ya seis meses desde el cierre y lo único que hace el Ayuntamiento es darnos largas", comentó Julián Maíllo, un comerciante de la zona.

Comercios cerrados

Alberto González, presidente de Acopadel, aseguró que el desastre económico, más patente en el sector hostelero, se ha apoderado del entorno de Arganzuela. Para González, "muchos comercios trabajan bajo pérdida, y los otros o van cerrar o lo han dejado ya. El barrio está muerto". En los últimos meses, cuatro bares, una papelería, una droguería y una lechería han cerrado sus puertas. La crisis también se ha adueñado del cercano mercado de Santa María de la Cabeza.Los hosteleros se quejan de su suerte. "Somos los más afectados. El comercio se lo han cargado y sobramos muchos bares", aseguró Inmaculada Pinar, dueña de un bar de la calle de Canarias. Para esta mujer, "hasta que no hagan nada en la estación, los locales que hay por aquí no sirven para nada".

Los comerciantes insisten en que las ventas han bajado una media del 20%, aunque en la hostelería han descendido hasta un 50%. Así lo explicó José Luis González, dueño de otro bar: "No sé si podremos aguantar dos años. Cuesta mucho mantener abierto el negocio. Hemos perdido dinero y por la tarde no se ve a nadie por aquí". González, además, se vio obligado a despedir a un empleado. "Antes había gente, dinero y mucha vida. Ahora no hay nadie. Es fundamental que el Ayuntamiento haga algo", apuntó González, quien lleva más de 26 años en el barrio.

De la Merced, por su parte, no quiso hacer declaraciones hasta la reunión de hoy.