Los encapuchados que atracaron un restaurante de San Blas intentaron acuchillar con un machete al dueño
Dos copas de ron Pampero y una de licor de manzana para los tres últimos clientes. En éstas andaba Carlos Fernández Barrios, de 48 años, dueño del restaurante situado en el número 29 de la calle de Valdecanillas (San Blas), cuando vio cómo dos encapuchados se dirigían hacia la barra. Uno llevaba un machete "de tres palmos" y el otro, una pistola muy negra. Acababa de empezar el atraco que sufrió en la madrugada de ayer el restaurante Carlos y que, tras media hora de amenazas de muerte y golpes, terminó con la detención de los atracadores por parte la Policía Municipal."A mí me persigue la negra". Así resumía Fernández su historial de hostelero, un recorrido marcado por los asaltos a mano armada, el último en la Navidad de 1996. "Pero el de ayer fue el peor", recordaba el hombre.
Nada más entrar, los ladrones -Esteban A. M., de 30 años, y José G. O., de 45-, tumbaron a los clientes bajo el televisor, lanzaron a la camarera -Pilar, de 43 años- contra una pared, y obligaron a Fernández a abrirles la caja al grito de "hijo de puta, dame el dinero o te mato". El dueño les entregó un puñado de billetes. El atracador, sin embargo, desconfió y volvió a abrir la caja, momento en el que descubrió, disimulado en una esquina, otro fajo de billetes. "¡Te voy a matar!", chilló el ladrón, para, acto seguido, tumbar a Fernández y molerle a puntapiés. Luego, sin poder contener su ira, la emprendió a patadas con el resto del local, hasta acertar con una caja de vino en la que había 700.000 pesetas ocultas. Descubierto este dinero, los ladrones se fijaron en dos tragaperras. Pusieron de pie a Fernández y, cuchillo en mano, le conminaron a abrirlas. El hombre, que acababa de ver a la policía en el exterior (había sido avisada por una vecina), intentó zafarse.
"Se pusieron como locos, me gritaban que me iban a matar. Uno me quiso cortar el cuello, pero conseguí agarrarle el brazo y el filo sólo me hirió la nariz; luego, como pude, salí", dice Fernández. Los agentes, al conocer lo que ocurría dentro, entraron a por los atracadores. Estos, tras tomar como rehén a la camarera e intentar huir por la parte trasera del local, fueron capturados.
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