Castro moviliza a los comités populares para dar una gran bienvenida a Juan Pablo II

El Gobierno cubano organizará una gran movilización popular paralela a la que prepara la Iglesia para recibir mañana al Papa,quien llegará a La Habana a las cuatro de la tarde (diez de la noche en España). La "bienvenida revolucionaria" tendrá su principal apoyo en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que movilizarán a los vecinos de cada barrio a zonas determinadas de las calles y avenidas por donde pasará el papamóvil de camino a la nunciatura apostólica, donde Juan Pablo II se alojará durante su estancia de cinco días en Cuba.

La prensa oficial publicó ayer un plano de La Habana donde se precisan los lugares concretos de la ciudad en que deben concentrarse los lugareños por municipios, y se informa de las horas en que se cortarán al tránsito las calles por donde pasará la comitiva. El semanario Trabajadores, bajo el título "Orientaciones para el recibimiento popular al Papa Juan Pablo II cita las palabras de Fidel Castro en una reciente intervención en televisión, en las que exhorta a "todo el pueblo, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes" a brindar una gran bienvenida.La Iglesia católica, por su parte, organiza desde hace días su propia movilización por parroquias, y ha convocado a fieles y laicos para que se reúnan mañana por la tarde en diversos puntos de la capital por donde pasará la comitiva. Desde el pasado fin de semana, activistas católicos comenzaron a colocar en farolas, árboles y fachadas de casas y edificios de la capital miles de carteles de Juan Pablo II, algo que las autoridades no les habían permitido hacer hasta ahora. Cientos de miles de estos carteles fueron elaborados en México por encargo de la Iglesia, y desde hace dos meses se reparten gratuitamente a la población en las parroquias.

El Gobierno también ha elaborado sus propios carteles papales en dos versiones, una en la que aparece Fidel Castro y Juan Pablo II estrechándose la mano -la foto oficial del encuentro que ambos sostuvieron en Roma en noviembre de 1996-, que se vende en La Habana Vieja al precio de 4 dólares (600 pesetas), y otra en la que aparece- sólo Karol Wojtyla y una frase de bienvenida, que es la que las autoridades han empezado a colocar en grandes vallas de publicidad, habitualmente cuajadas de consignas revolucionarias y antiimperialistas y de lemas en favor de mantener el socialismo.

La convocatoria oficial del régimen para asistir a los diversos actos en los que participará el Pontífice -difundida por la prensa en primera plana, la radio y la televisión, pero sólo después de las palabras de Castro en la pequeña pantalla-, plantea la cuestión como un deber revolucionario, casi en términos de una nueva "batalla por la patria".

El semanario Trabajadores, por ejemplo, publicó ayer un espeso editorial en el que pidió a los cubanos "a 10 días exactos de haberse celebrado las elecciones", no desaprovechar "la oportunidad de convertirse en objeto de la atención mundial, con la visita a nuestro país del papa Juan Pablo II, y con ello nuevamente ofrecer la imagen de unidad, de cultura y de respeto sustancial a la democracia, que los comicios evidenciaron".

Merecimiento

Para alentar la movilización, el semanario oficial señaló que la personalidad de Karol Wojtyla merecía "Un tributo que desborda, humanamente hablando, el límite de su importante misión pastoral", y llamó la atención sobre el hecho de que miles de periodistas extranjeros "entre ellos los de las principales cadenas de televisión del planeta", se encontrarán en Cuba. Según Trabajadores, "será más dificil la distorsión de la realidad cubana, desinformar y confundir a la opinión pública internacional", si el pueblo se comporta a la altura de las circunstancias.