Las músicas étnicas y de baile copan el mercado del disco en el Midem de Cannes
Ketama y Enrique Bunbury actúan en el encuentro internacional de profesionales
El Mercado Internacional del Disco y de las Ediciones Musicales de Cannes (Midem) se presta a pocas elucubraciones en su 32ª edición. Un recorro por esta especie de colmena zumbadora, donde se dan cita más de 10.000 profesionales de todo el mundo, permite concluir que las tendencias musicales dominantes son las músicas étnicas y de baile. Así parece haberlo previsto también la Sociedad General de autores y Editores (SGAE), que presentó anoche a Ketama y su música contemporánea de raíces, así como a Enrique Bunbury, quien, tras la disolución de Héroes de Silencio, ha optado por los sonidos tecnológicos con leves toques orientales.
Parece que en el Midem de Cannes el pop y el rock hubiesen sido desterrados. No es que no se los encuentre, pero los grupos de rock duro (los más irreductibles) están camuflados entre catálogos cada vez menos orientados a este tipo de sonido. La enorme diversidad de posibilidades que ofrece hurgar en las músicas tradicionales parece ser la mina en la que la industria del disco ha puesto sus ojos. Incluso los norteamericanos, amos del reino del pop-rock, están explotando las posibilidades tanto de las culturas indígenas autóctonas como las de los sonidos celtas o negros que contribuyeron a la formación del rock and roll.
Juan Carmona, de Ketama, 16 explicaba ayer a su manera. "La música se está enriqueciendo cada vez más con la mezcla de sonidos, pero se llega a un punto en que hay que dar un paso atrás para recuperar fuerzas y no perder el norte. Después de De akí a Ketama volvimos a tocar unas malagueñas, por ejemplo, para volver a retomar nuestros orígenes".
Ketama actuó ayer en el Midem, en la presentación de la edición europea de su nuevo álbum, Konfusión. En el concierto los acompañó el músico argelino Khaled, que interpreta con ellos el tema El oasis de los dioses en el disco. "No calculamos desde el principio si es que debemos meter un poco de salsa o música árabe en nuestras canciones, de cara al mercado", explica José Miguel Carmona. "Primero componemos el tema y luego vemos si funciona fuera". La moda internacional del flamenco —el mercado asiático está cada vez más interesado en esa música— no sólo no rechaza la fusión, sino que parece haberse convertido en el puente hacia el flamenco clásico. "Mucha gente en el extranjero se ha iniciado en el flamenco puro a través de nosotros", afirma Antonio Carmona.
Negocios
Si bien Ketama se mostraba optimista antes del concierto de ayer, Enrique Bunbury parecía más escéptico. "Esto es como una feria de ganado", dijo. "No se espera nada del público, es un medio más positivo para los negocios que para el artista. Es horrible tocar ante un público como éste, compuesto sólo por profesionales, pero tampoco le doy tanta importancia".
Para el ex líder de Héroes del Silencio que, al igual que Ketama, está en el Midem por segunda vez, esta nueva etapa en su carrera está más de acuerdo con lo que pasa en el momento. "Héroes del Silencio hacía un rock and roll ortodoxo, yo hago ahora un rock más tolerante, en el que caben las nuevas tecnologías y las influencias de otras culturas. El rock se ha agotado en es quemas fundamentalistas y los nuevos fenómenos son lo étnico y el tecno. Para que la música evolucione bien debe ir hacia la tolerancia musical".
Lo cierto es que en el Midem hay sitio para las nuevas tendencias, pero también para las más exóticas ideas. Las colecciones especializadas pueden llegar a ofrecer música para perros, música para cocinar (recetas de cocina italiana, mexicana o japonesa con la música ideal para escuchar de fondo mientras se cocina y durante la cena e incluso música para el postre o la comida vegetariana), música para la noche de bodas (una caja con varios discos de ritmos distintos), música para fumadores, música zodiacal (para cada signo y su carácter), karaoke lírico (para cantar en casa las más famosas arias, acompañado por una gran orquesta y coros, para voces de soprano, mezzo, barítono, tenor, bajo, y hasta duetos) y muchísima música de relajación, meditación y sonidos de la naturaleza (reinos animal, vegetal y mineral), entre otros.
Otra de las tendencias de la industria es la proliferación de los pequeños sellos discográficos frente a cierto anquilosamiento de las grandes multinacionales. En el Midem de este año participan 133 empresas españolas, uno de los países con mayor representación. Teddy Bautista, presidente del consejo de administración de la SGAE, que el domingo fue elegido además primer presidente de la Oficina Europea de la Música, piensa que este tipo de movimiento es muy positivo para la industria.
"Al principio venían al Midem sólo las grandes empresas musicales, pero ahora hay una verdadera atomización", afirmó ayer Bautista. "Ellos tienen todavía la parte del león en el negocio, pero cada vez es mayor el papel de promoción de nuevos artistas que queda en manos de los pequeños sellos. Es un proceso de dinamización del mercado en el que los independientes asumen más riesgos con los nuevos artistas. Lo malo es que al final los que tienen éxito suelen ser absorbidos por las grandes multinacionales".
Babelia
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