Madrid no es Basilea
Por fin la caza de brujas desatada contra la noche madrileña por la autoridad municipal y regional, y ésta se concreta en el Reglamento de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. Los bares de copas tendrán el mismo horario que bares y cafeterías; deberán tener el local absolutamente cerrado y sin público a las dos de la madrugada en diario y media hora más los fines de semana. Madrid se convierte, por tanto, en la única comunidad autónoma del Estado que iguala el horario de cierre de ambos tipos de establecimientos, y, para más escarnio, dicho horario de cierre es el más restringido de España.Tampoco concede dos cuestiones que el sentido común y la lógica han hecho patentes en los demás reglamentos del Estado: se necesita, por lo menos, media hora para desalojar los locales, porque si no es así se pueden ocasionar problemas de orden público, ya que los clientes deben agotar sus consumiciones, y la otra cuestión es la ampliación de una hora más durante el verano, porque es obvio que en esta época del año se sale más tarde y se vuelve a casa más tarde.
Se ha atizado maliciosamente el falso debate de vecinos contra bares de copas y se olvida de que los usuarios de estos locales son vecinos y no extraterrestres y que, por supuesto, los vecinos acuden a bares de copas. Incluso hay zonas en que la aparición de estos bares ha erradicado prostitución y delincuencia con el aplauso unánime de los convecinos. No se puede contraponer la noche al descanso de los vecinos, ya que el problema fundamental no son los horarios, sino la gente en las calles consumiendo alcohol. Pero para solucionar esto hay que legislar, y a nuestras autoridades les parece más sencillo criminalizar a los bares de copas.
Esta locura legislativa tendría las siguientes consecuencias:
- 20.000 personas, en su, mayoría jóvenes, irán al paro.
- El daño turístico y en imagen en el exterior será irreparable.
- Crea un efecto-frontera. Obliga a muchos consumidores a viajar a provincias limítrofes con mayor horario de cierre de locales. Lógicamente, se incrementan los accidentes de tráfico.-El derecho constitucional a la libre empresa es conculcado.
- Aumento de aglomeraciones de ciudadanos en las calles con los resultados previsibles: mayores molestias a los vecinos, incremento de la violencia urbana, degradación del medio ambiente, suciedad, consumo de alcohol sin control, etcétera.
- Se impone un modelo de ciudad autoritaria. El Gran Hermano dicta la hora de acostarse y, por tanto, es un atentado gravísimo a las libertades individuales. Sería una vuelta a los años cuarenta con los cabarés clandestinos, excepto para los prohombres del régimen, pues sabemos que para sus fiestas ni había ni habrá horarios.
El 15 de marzo de 1941 se dicta una orden por la que se adelanta el horario de cierre a la una de la madrugada en cafés, bares y salas de fiesta con este texto:
"El ya antiguo hábito de trasnochar, impuesto en la capital de la nación por una minoría ociosa y extendido luego al resto del país, ha ido paulatinamente afectando a nuestras costumbres, que, naturalmente, reflejan hoy el desorden que en la vida ordinaria implica el anormal aprovechamiento del tiempo que aquella práctica perniciosa produce".-
Presidente de la Asociación Empresarial de Bares de Copas y Pubs de la Comunidad. .
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