El presidente Frei destituye a su ministro de Defensa, considerado complaciente con Pinochet
El pulso que mantienen en los últimos días el Ejército y el poder civil en Chile se cobró ayer la primera víctima: el ministro de Defensa, Edmundo Pérez Yoma, presentó su dimisión, forzada a todas luces por el presidente de la República, Eduardo Frei, y fue reemplazado de inmediato por Raúl Troncoso, un político de perfil bien distinto al de su antecesor. Pérez Yoma estaba considerado por diversos sectores del Gobierno de Concertación como demasiado complaciente con la figura del general Augusto Pinochet, todavía al frente de la jefatura del Ejército chileno.
Poco después, la cúpula militar emitía un comunicado en el que anunciaba que los cuatro generales que tienen que pasar a retiro no lo harán el día 23, como estaba previsto y había confirmado el ministro del Interior, Carlos Figueroa. "La actual estructura del alto mando institucional se mantendrá en su totalidad hasta la fecha en que se produzca el cambio de mando dentro del plazo que marca la Constitución política vigente", dice la nota difundida poco después de producirse el relevo en Defensa.En otras palabras, el Ejército anuncia que los cuatro generales que, por antigüedad, preceden en el escalafón al general Ricardo Izurieta, sucesor designado de Pinochet, no pasarán a retiro hasta que lo decida el comandante en jefe, que esta semana retrasó unilateralmente su salida sin fijar una fecha concreta. Constitucionalmente, Pinochet tiene de plazo hasta el 10 de marzo para colgar el unifórme, pero el Gobierno, por boca del ministro Figueroa, aseguró el jueves que estaba finalizada la tramitación administrativa para que los retiros de los cuatro estrechos colaboradores de Pinochet se hicieran efectivos el 23.
El Ejército no viola con esta actuación ninguna norma constitucional, pero demuestra que no se somete al poder civil, tal y como el general Pinochet ha dejado bien sentado en reiteradas ocasiones. Los militares se acogerían a una cláusula de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas que otorga en determinados casos un plazo de hasta seis meses para hacer efectivo el pase a retiro que ya ha sido tramitado.
La crisis cívico-militar tuvo ayer su primer episodio con la dimisión del ministro de Defensa, Pérez Yoma. Este demócrata-cristiano era el miembro del Gabinete que despertaba mayores simpatías en el estamento militar y el que negoció durante el último año con Pinochet la última fase de la transición, es decir, la retirada del comandante en jefe del Ejército y su sustitución por un general no comprometido con el régimen militar como Ricardo Izurieta.
Un ministro de confianza
Pérez Yoma inspiraba confianza a los militares más pinochetistas y recelo en amplios sectores de la mayoría gubernamental. Fue el hasta ayer ministro quien propuso, a iniciativa de Pinochet, el ascenso de brigadier a general de Jaime Lepe, presuntamente implicado en el asesinato durante la dictadura del funcionario español Carmelo Soria. El presidente Frei vetó el ascenso.
Pérez Yoma declaró el jueves que las relaciones entre Gobierno y Ejército atravesaban un momento "delicado", como corolario a una serie de hechos que inquietaron a Pinochet, a punto de dejar la jefatura militar para pasar a ocupar un escaño de senador vitalicio no electo en el Senado. A la presentación de una acusación constitucional contra el general formulada por cinco diputados demócrata-cristianos el pasado día 5 siguió un proyecto de acuerdo aprobado por la Cámara que cuestiona dicha senaduría vitalicia.
El general contraatacó: postergó su salida del Ejército pactada con Pérez Yoma para el 26 de enero. El propio presidente de la República había pronunciado públicamente la fecha. El ministro no fue capaz de frenar a Pinochet, que dejaba malparado al máximo mandatario.
Con Raúl Troncoso, de 62 años, cabe esperar una política de mayor firmeza. El nuevo ministro, también de la DC, formó parte del Gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), padre del actual presidente, que no tuvo precisamente buenas relaciones con el Ejército. El relevo ministerial provocó reacciones contrapuestas. La derecha pinochetista estima que Pérez Yoma es la cabeza de turco de "la falta de liderazgo del Gobierno". El vicepresidente del Partido por la Democracia (PPD), Guido Giradi, dijo: "La salida de Pérez Yoma le hará bien al país porque estaba demasiado cerca de las visiones de Pinochet y el militarismo".
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