_
_
_
_
_

La UE envía una misión diplomática a Argel con instrucciones de no molestar al Gobierno

Xavier Vidal-Folch

, Los Quince ratificaron ayer el envío de una misión diplomática a Argelia para informarse sobre el terreno de la situación de violencia que azota al país magrebí. Pero esta primera intervención de la Unión Europea en el conflicto argelino lleva el signo de la prudencia, casi de guante blanco, con el Gobierno de Liamín Zerual. El calendario de la visita y el programa de la troika comunitaria se pactarán con el régimen de Argel. Los directores de política exterior de los Estados miembros confirmaron así la decisión adoptada la semana pasada por un grupo de expertos: enviar "cuanto antes" una misión a Argel.

Tanto la fecha exacta como el mandato concreto se dejaron a la negociación entre Londres y Argel, para no agudizar la ya "extremada sensibilidad" de las autoridades del país magrebí. Anoche, el Foreign Office entraba en contacto con el Ministerio de Exteriores argelino para precisar ambos aspectos. Lo que ya está claro es la fecha tope en que los enviados deben volver -el próximo día 26- para informar directamente a los ministros de Exteriores, que se reúnen ese día en Bruselas.El mandato de la misión está aún muy abierto y por negociar. Recabará información sobre la situación de violencia -en principio, al propio Gobierno-, aunque la pretensión es ir más allá y entrar en contacto con la oposición moderada, observadores y periodistas. La troika preguntará al Gobierno del presidente Zerual qué ayuda puede prestar la UE en la lucha contra el terrorismo y en la asistencia a sus víctimas. Y expresará la preocupación europea por las continuas matanzas, al tiempo que se solidariza con los afectados.

La delicadeza con que se plantea esta misión obedece a la airada reacción inicial de Argel ante el anuncio de la visita. Primero se acusó a los europeos de injerencia en los asuntos internos argelinos, aunque después se aceptó la misión de la troika, presentándola como un apoyo de los Quince al Gobierno argelino. Los Quince saben que algo deben hacer, pero van con pies de plomo. Por un lado, han apoyado -sin entusiasmo- el proceso democratizador emprendido por el Gobierno. Por otro, la presencia en Europa de una nutrida comunidad argelina y la reciente historia de atentados integristas (sobre todo en Francia) provoca que prime la seguridad interna frente a un conflicto lejano. "Todos estamos de acuerdo en extremar la prudencia", indicó un diplomático de uno de los países más sensibilizados.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_