La televisión valenciana arroja el peor resultado económico de su historia

, La situación económica de Canal 9 no deja de empeorar. Un reciente informe de la Sindicatura de Cuentas, órgano fiscalizador valenciano, considera grave la situación económica de la televisión autonómica y dice que, como consecuencia de las pérdidas acumuladas a finales de 1996 (9.801 millones), su patrimonio en ese momento era inferior a la mitad del capital social, lo cual es el supuesto legal de disolución de la empresa "a no ser que el capital aumente o se reduzca".De hecho, la Generalitat inyectó el 24 de diciembre pasado 9.000 millones de pesetas en la radiotelevisión valenciana bajo la fórmula de ampliación de capital, que se suma a los 5.500 millones de otra ampliación que ya había efectuado justo un año antes, a finales de 1996. Esas inyecciones de dinero público se produjeron además de las subvenciones de explotación entregadas a Canal 9, del orden de 5.500 millones de pesetas por año.

Desde 1990, en que se creó la televisión valenciana, sólo se había realizado una ampliación de capital por importe de 3.500 millones hasta la salida del equipo gestor socialista, que se produjo a mediados de 1995. Los directivos del PP heredaron 670 millones de déficit, según una auditoría de Arthur Andersen. Pero ese año acabó con un déficit bruto de 2.280 millones, cantidad que en 1996 ascendió a 4.255 millones, siempre según las cuentas auditadas. La situación no mejoró en 1997; hasta septiembre -el cierre del ejercicio no se conoce aún- el déficit era de 3.283 millones.

La principal función de las dos ampliaciones ejecutadas durante la gestión del PP ha sido la de enjugar pérdidas; y en menor medida, la de cubrir las necesidades financieras originadas por la creación de la segunda cadena de la televisión valenciana, Notícies 9. El aumento de las pérdidas responde al esfuerzo por incrementar la audiencia de la televisión valenciana, según ha explicado la dirección de la misma.

El informe de la Sindicatura advierte de la deficiente gestión en la venta de publicidad, además de la falta de control en la compra dé programas y en los contratos con productoras, entre otras anomalías observadas en 1996. Hay contratos suscritos con productoras anteriores a la fecha del presupuesto y a la autorización por el órgano competente, así como falta de información, de los compromisos relativos a la cesión de los derechos, audiovisuales de fútbol por parte del Valencia.