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EE UU examinara su política iraní a la luz del deshielo propuesto por Jatamí

, Mohamed Jatamí, vigilado de cerca por los radicales del régimen islámico iraní, no fue tan lejos como hubiera deseado EE UU en sus declaraciones a la CNN de la noche del miércoles. La Casa Blanca, no obstante, apreció el tono conciliador del presidente iraní e informó que va a "examinar" su política respecto a Teherán. Como propuso Jatamí, el deshielo puede comenzar por "intercambios de profesores, escritores, académicos, artistas, periodistas y turistas".

"El presidente Jatamí hizo muchas observaciones muy positivas sobre EE UU, que el presidente Clinton ha apreciado", dijo ayer Mike McCurry, portavoz de la Casa Blanca. "Damos la bienvenida a su deseo de un diálogo con el pueblo norteamericano y entre nuestras dos grandes civilizaciones. Eso puede ser útil. Pero hay que subrayar que el mejor modo de abordar esos asuntos es a través de conversaciones directas entre ambos Gobiernos".

McCurry reiteró lo dicho por Clinton tras el primer gesto de apertura de Jatamí, el mes pasado. Washington, atormentado por el mal recuerdo de las negociaciones secretas con Teherán de los años ochenta, que dieron lugar al escándalo Irán-Contra, desea un diálogo con luz y taquígrafos entre representantes autorizados de ambos Gobiernos.

Diálogo dificil

EE UU propondría abordar sus principales acusaciones a Irán: apoyo al terrorismo, construcción de armas de destrucción masiva y obstáculos al proceso de paz en Oriente Próximo. Irán, señaló McCurry, podría proponer sus propios temas.La entrevista de Jatamí con Christiane Amanpour ya ha tenido el efecto de cambiar el tono empleado por las autoridades y los medios de comunicación norteamericanos al hablar de Irán. Los primeros signos del deshielo eran palpables ayer en Washington. La idea de que es posible un diálogo entre Washington y Teherán ya no es sólo patrimonio de los expertos en Oriente Próximo, sino de los presentadores de las cadenas televisivas, los portavoces de la Casa Blanca y el Departamento de Estado.

Jatamí, un clérigo de 55 años, ideas moderadas, modales corteses y suave sonrisa, fue muy hábil ante las cámaras de la CNN. Jamás aludió a conversaciones directas con el Gobierno de EE UU, lo que podría haber provocado el furor de los radícales de Teherán. Pero sí hizo repetidos guiños a la opinión pública y cálidos elogios de la "gran civilización nortearnericana". Citando a los pioneros puritanos de Plymouth, la Declaración de Independencia redactada por Thomas Jefferson, el libro Democracia en América de Alexis de Tocqueville y la liberación de los esclavos por Abraham Lincoln, Jatamí dijo que la civilización de EE UU está basada en los principios de "religión y libertad". Tras esos guiños a la opinión pública, el presidente iraní criticó la actitud imperialista adoptada por EE UU en las décadas de la guerra fría, explicó la revolución jomeinista como un alzamiento nacionalista contra la tutela de Washington y recordó que en 1988 un buque de guerra norteamericano derribó un avión civil iraní en el que viajaban casi 300 personas.

Amanpour no le preguntó por el levantamiento de la fatwa contra el escritor Salman Rushdie, pero sí sobre el terrorismo. Jatamí lamentó la toma de rehenes en 1979 de la embajada norteamericana en Teherán, declaró que el terrorismo "debe ser condenado en todas sus formas y manifestaciones" y negó que su país esté buscando armas nucleares. El líder iraní deploró el apoyo norteamericano al 11 régimen racista y terrorista" de Israel, pero dijo que Teherán no intenta imponer su punto de vista a los que desean la paz con Israel.

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