El Ejército cerca el cuartel general zapatista durante varias horas sin encontrar a Marcos
, El Ejército mexicano aprovechó el sábado el caos que se respira en Chiapas tras la matanza de Acteal para rodear el cuartel general del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), aunque no encontró al líder rebelde, el subcomandante Marcos, que presumiblemente se echó a los montes de la selva Lacandona. El desmentido castrense tropezó esta vez con el testimonio de numerosos periodistas que acudieron al lugar y que describen ampliamente en la prensa mexicana el poderoso despliegue militar en La Realidad, que se alargó, según versiones, entre siete y doce horas: lo suficiente para llevar la tensión en Chiapas, ya alta tras acribillar un grupo de paramilitares a 45 indios hace dos semanas, al borde de la desestabilización.
El obispo de San Cristóbal de las Casas y mediador entre el Gobierno y la guerrilla, Samuel Ruiz, lamentó el espectáculo. "Es preocupante que el Ejército, en lugar de dirigirse a donde se han presentado grupos paramilitares, vaya, hacia donde está el EZLN, un grupo armado que está en diálogo", dijo.La operación comenzó temprano el sábado, apenas despuntó el sol, según los conocedores del lugar. Entre 150 y 200 soldados acuartelados en Guadalupe Tepeyac, antiguo bastión del EZLN, la guerrilla indígena alzada contra el Gobierno en 1994, se dirigieron a La Realidad, un poblado compuesto apenas por un puñado de barracas destartaladas entre el barro, desde donde Marcos enviaba sus comunicados.
A las ocho de la mañana ya estaban a las puertas del cuartel general del zapatismo, situado cerca de la línea fronteriza con Guatemala. El corresponsal del periódico Reforma, por ejemplo, constató la presencia de al menos 37 vehículos militares, entre los que destacaban, amenazantes, cuatro tanquetas y diez vehículos anfibios artillados.
Un grupo de estos vehículos tomó posiciones alrededor de La Realidad después de atravesarla, mientras otro contingente avanzó hacia el poblado de Nuevo Guadalupe Tepeyac, aunque no llegó a capturar el lugar en el que los rumores señalan que se ha refugiado el subcomandante Marcos en su huida.
Los zapatistas, en un comunicado, acusaron al Gobierno de querer "tapar su responsabilidad en la matanza de Acteal" con el operativo militar del sábado. También negaron ser los propietarios de las armas decomisadas estos días. Firme en el tono, el comandante José Gómez Salazar, responsable castrense de la región, negó las acusaciones, porque se atuvo al hecho estricto de que el Ejército no había tomado el cuartel general zapatista., ni había capturado a un "connotado" dirigente del EZLN, en referencia a Marcos. Más allá de la obvia provocación que para el zapatismo y sus simpatizantes supone la movilización castrense del pasado sábado, el objetivo último del Ejército no queda claro. Según una ley aprobada por el Congreso mexicano en 1995, no puede detenerse al subcomandante Marcos, ni a ningún otro dirigente zapatista, mientras duren las conversaciones de paz que, aunque suspendidas y en vía muerta desde septiembre de 1996, no han sido denunciadas formalmente por ninguna de las dos partes. Así lo afirma también el EZLN en su comunicado del sábado.
Lo que sí puede hacer la comandancia del Ejército mexicano es hostigar a las bases de apoyo zapatistas. Un representante de La Realidad así lo confirmó al relatar que el pasado sábado, los soldados detuvieron por momentos a indígenas, les obligaron a sentarse, y con amenazas de dispararles en el pecho les preguntaron por el paradero del subcomandante Marcos.
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