Manuel Díaz-Marta cree que hay una "cultura perversa" sobre el agua
El ingeniero e historiador publica 'Las obras hidráulicas en España'
El ingeniero e historiador Manuel Díaz-Marta, de 88 años, presentó ayer en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, de Madrid, su libro Las obras hidráulicas en España (Doce Calles Ediciones), cuya primera edición publicó en 1969 durante su exilio en México. Díaz-Marta, que formó parte del primer equipo del Plan Badajoz, durante la II República, y es contrario a la política de trasvases, opina que "la cultura del agua en España es perversa, equivocada y engañada", dirigida a las grandes obras sin un debate técnico y cultural.
Manuel Díaz-Marta investiga en la actualidad las antiguas presas y su modo de conservarlas para el patrimonio cultural y sigue de cerca todo lo relacionado con la política hidráulica. Natural de Toledo, titulado en la escuela de Madrid, a los 23 años participa en el primer equipo del Plan Badajoz, donde realiza la presa y los canales de Montijo. Su dedicación a la historia de la hidráulica se inicia en el espíritu del Plan Nacional de Obras Hidráulicas, redactado por el ingeniero Manuel Lorenzo Pardo en 1933, siendo Indalecio Prieto ministro de Obras Públicas.Herido en la guerra civil -"me apuntaron como muerto en la batalla del Ebro"-, se exilia en 1939 en México, de donde regresó a España en 1977. En esos años combinó la práctica profesional (abastecimiento de aguas de Acapulco, viaducto y nuevos muelles de Veracruz) con la enseñanza y como consultor hidráulico en Naciones Unidas y en la Organización de Estados Americanos (OEA), con misiones en varios países, como el estudio de la navegación de los ríos.
Trasvases
La difusión internacional y el conocimiento del Plan Badajoz provocaron la escritura y publicación de Las obras hidráulicas en España, para aclarar sus orígenes en los años treinta. Díaz Marta declaró ayer que "hay una gran avance y esfuerzo en España en el primer tercio del siglo, a la altura de los países más adelantados en obras hidráulicas de superficie". "Después de ese tiempo se vive una época de aislamiento y tras la guerra se da una propaganda excesiva, como en todas las dictaduras, a las obras públicas".Tras su regreso a España, en 1977, Díaz-Marta fue diputado socialista por Toledo y senador en dos legislaturas, que coincide con la oposición de Toledo al trasvase de las aguas de la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura. "No pude influir en política. La cúpula del partido investiga hacia dónde va el voto y sobre el tema de los trasvases se había machacado con mucha propaganda. Sigo manteniendo que hay procedimientos más modernos y no es necesario dejar exhausta una cuenca".
El autor de Cuatro obras hidráulicas antiguas, entre Ocaña y la vega de Aranjuez, recuerda que en una intervención de Borrell siendo ministro le felicitó doblemente por su interés por el problema del agua y porque no había conseguido la aprobación del Plan Hidrológico Nacional.
"España está hoy en condiciones económicas y culturales para ponerse a la cabeza en el aprovechamiento del agua, con el empleo de aguas depuradas y desaladas", afirma Díaz-Marta. A ello se une el aprovechamiento de las aguas subterráneas mediante los pozos, "la verdadera reserva de agua", junto a la alimentación de los acuíferos. "Pensar con tiempo que después del agua hay sequía". Señala que ya no se hacen grandes presas, salvo en China, y está en el límite la capacidad de superficie embalsada y el efecto de las pérdidas por evaporación. Cuenta con entusiasmo los métodos utilizados en Canarias para tratar el agua del mar, y los prósperos cultivos entre Águilas y Mazarrón con tubos y goteros.
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