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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Postdoctorales del CSIC: incierto futuro

Los estudios de tercer ciclo y el trabajo de tesis doctoral se consideran la cima de los estudios universitarios y el punto de partida para objetivos profesionales de alto nivel. Hasta hace relativamente poco tiempo, el doctorado era una actividad elitista, para situarse en condiciones de competir por las plazas exclusivas de los cuerpos superiores de la Administración (notarios, registradores, catedráticos, magistrados, etcétera). En la década de los setenta, esta situación ha ido modificándose como consecuencia de la extensión de los estudios universitarios y el correspondiente crecimiento del profesorado al amparo de la "presión docente".Este proceso se consolida a principios de la década de los ochenta con la creación del cuerpo de profesores titulares y la funcionarización de cerca de 5.000 postdoctorales acumulados en puestos docentes no numerarios (los PNN). Junto a estos cambios se está produciendo también una creciente sensibilización de los poderes públicos ante el proceso de creación del conocimiento y sus aplicaciones, especialmente a partir del demoledor informe de la OCDE mediada la década de los sesenta. Desde entonces se produce un creciente continuo de inversiones en I + D, especialmente en el sector público, incluyendo programas de formación de personal docente e investigador y acciones específicas de ampliación de estudios (perfeccionamiento) de doctores en centros extranjeros, que alcanza su pleno desarrollo en la segunda mitad de esta década.

Como consecuencia de estos cambios, la formación académica ha incorporado un nuevo nivel (¿cuarto ciclo?) de alta cualificación en actividades I + D, pero con un futuro profesional incierto, debido a que el esfuerzo público en formación de doctores en el extranjero no se ha acompañado de la creación de puestos de trabajo estables para su reincorporación. Esta carencia se trató de paliar a partir de 1992 contratos precarios cuyas insuficiencias han sido denunciadas reiteradamente.

El colectivo de postdoctorales puede situarse actualmente en torno a las 4.000 personas, distribuidas en universidades -3.300 entre profesores asociados (no LRU) a tiempo completo, ayudantes con título de doctor y postdoctorales contratados del programa MEC-, CSIC (550 posdoctorales de programas de contratación MEC, CSIC y otros), empresas (120 becas postdoctorales de intercambio empresa-CPI) y otros CPI (60 contratos, postdoctorales MEC). Estas cifras son sin duda una subestimación del total real, en el que deberían incluirse a los postdoctorales todavía en el extranjero (unos 900 del programa nacional y sectorial) y una cantidad desconocida de doctores en las universidades por programas de las comunidades autónomas, proyectos europeos y contratos con empresas.

Frente a esta oferta de doctores cualificados, la disponibilidad de plazas de su nivel es relativamente escasa en la Universidad (1.000-1.500 plazas / año de titular de universidad, con una relación teórica de aspirantes / plazas de tres), muy escasa en el CSIC (30-50 plazas / año, con una/ relación aspirantes / plazas de 10-20) y desconocida (por inexistente) en las empresas.

En general, las plazas de la Universidad no son accesibles a los postdoctorales del CSIC, por razones de endogamia y baja competitividad señaladas hace tiempo por el Consejo de Universidades. Además, mientras que la reforma de la LRU prevé soluciones para incorporar a la Universidad a buena parte de sus doctores contratados en un nuevo cuerpo de profesorado, el CSIC carece de planes adecuados para incorporar a su actividad científica -en forma estable y profesionalmente digna- a sus postdoctorales. Este problema exige soluciones imaginativas y urgentes por parte de la Administración.

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