i Ver para creer!
¡Ver para creer! El juez de plaza y matador retirado José Luis Vázquez hizo caso a las galerías y concedió el indulto al tercer sobrero de regalo, pero Leonardo Benítez no oyó el clarín y mató al toro. En cambio, cuando la afición pidió clamorosamente la oreja del sobrero que regaló Armillita, el usía no se dio por enterado. Fue con este astado donde el diestro de Aguascalientes mostró el virtuosismo de su toreo, después de que con socarronería sólo zapatilleó y dio mantazos a sus bureles anteriores.Valientemente, Armillita saludó de hinojos al bravo y emotivo Luna Nueva con una larga cambiada, poco frecuente en su estilo. Con aguante, temple y mando, le ligó tandas de redondos y naturales que remató con el pase del desdén que, en su ejecución, adquiere un toque genial.
Xajay Armillita, Caballero, Benítez; Trueba
Diez toros de Xajay -tres de regalo-, buenos mozos, encastados, con nervio y poder. De bandera 7º y 9º.Miguel Armillita: aviso y abucheos; abucheos; vuelta. Manuel Caballero: ovación; vuelta; aplausos. Leonardo Benítez: aviso y silencio; silencio; dos orejas y rabo. El rejoneador Gerardo Trueba: dos avisos y abucheos. El ganadero, Armillita y Benitez salieron a hombros. Monumental Plaza México, 14 de diciembre. Un cuarto de entrada.
Los trasteos de Manuel Caballero a los bravos segundo y quinto se caracterizaron por su valor. Destacaron en su primero unas bellas dosantinas en redondo que abrochaba con un lucido cambio de mano por delante y, en su segundo, la personal forma de bajar la mano y correrla con suavidad. En el sobrero que regaló se jugó la vida pues el morlaco desarrolló sentido y el peligro era constante.
Leonardo Benítez tuvo la suerte de que el sobrero que regaló fue a más y terminó convertido en una incansable carretilla. Después de un original quite, a punta de capote y un irregular pareo, hizo una faena en la que al final le dio la distancia correcta a la res e, inspirado, dibujó el natural en varias series. El rabo que benévolamente le otorgó el juez es el número 109 en la historia del coso. Con el revoltoso tercero y el parado sexto, el venezolano se esforzó pero se vio sin sitio.
Gerardo Trueba, excelente jinete, tuvo una mala actuación y con el rejón de muerte mechó al bravo burel. El festejo duró cuatro horas y 15 minutos.
Babelia
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